viernes, 15 de febrero de 2013

Aquelarre

Yeeep... aproveché el día de hoy para desaparecer de la faz. Fui a Temuco a conocer mi nuevo hogar y dejar unas cuantas cosas. Me encontré con la dueña de la pensión, la señora Rosita, con quien solo había hablado por teléfono. En fin... estoy contentísima. Viviré a cuadras de la Universidad, pagando 70.000 por un cuarto nuevo amoblado, incluyendo gastos comunes y servicio completo de cocina, baño y lavandería. Es tranquilo y la tía es un amorsh... Nos dimos todo el día para conocernos. Ella me habló de su historia, mi mamá y yo de la nuestra. Nos fue muy fácil entrar en confianza. Nos dio desayuno, almuerzo e invito a mamá a ir a visitarle cuando quisiese. De veras... no sé como expresar lo afortunada que me siento. Supongo que conocerle fue una de esas situaciones fortuitas que no suceden muy a menudo. Al menos no a mi. Dio la casualidad de que es divorciada desde hace 30 años, y vive con otra mujer, Edith, quien le arrienda de hace años y ya es parte de la familia. Ella luego de tener un buen pasar con su marido empresario, también se divorció, luego de que este le fuese infiel más de una vez. Aun así, ahora lidera una empresa de comida rápida y tiene un container enorme que pretende convetirlo en un restorant rodante, junto con que está apunto de ganar la concesión del casino de un aeropuerto nuevo en Temuco. Lo increíble fue que eramos cuatro mujeres solitarias sentadas en una mesa hablando de lo prometedoras que fueron o serán nuestras vidas. La señora Rosita, por ejemplo, sacó su pensión sola, y ahora ya tiene una ampliación lo suficientemente grande como para recibir a ocho personas, más un departamento interior que tiene al lado de la casa. Al final concluimos en que para nosotras, y a las mujeres en general, el tener pareja o matrimonio no condiciona necesariamente una seguridad socioeconómica, ni la  completa felicidad. Y, de verdad, es curioso que aquella reunión se diese en un día como hoy. Luego de ello me siento más segura de las decisiones que he tomado, ya que tarde o temprano lograré de todas formas mi completa autonomía (no malinterpretar la autonomía como sinónimo de individualismo. No he dicho que pretendo cerrarme a "ciertas" oportunidades sociales).

Entre las primeras cosas que llevé están:
-Una parca gris que tengo desde los 13
-Mi par de botas negras
-El Headway de primer año
-Un libro de música de una enciclopedia Santillana.
-El Señor de los Anillos: Las Dos Torres (me lo gané a los 13 en un concurso literario en el cole)
-El Retrato de Dorian Gray, colección Ercilla (de los libros de mi papá)
-Dos bufandas.
-Un polerón
-Un chaleco de lana. 
Tenía planeado visitar a mi tía para ir en busca de un bolso que dejé allá, con todos mis cuadernos y trabajos, junto con mi diccionario. Pero no me alcanzó el tiempo, entre la comida y la chachara que la tía rosa nos ofrecio a mamá y a mi.

Espero regresar la semana del 20 de febrero, cuando mi hermano esté de vuelta en Nacimiento. Dice que puede llevarnos en su auto. De ser así, espero no olvidar de llevarme mi enciclopedia 1,2,3 Hable Inglés, que contiene más de 80 tomos junto a material de audio cassette. Eran todos de mi papá también. Algunas cintas están incluso selladas. De todas formas, se las arregló para entregarme apoyo académico aprovechable hasta el día de hoy. Sabía como invertir a largo plazo y tal vez intuía de mis posibles proyecciones profesionales. 

Bueno qué más puedo decir. Estuvo muy bien este día... bueno, salvo hasta que llegué a casa, prendí la computadora, revisé facebook y me produjo algo peor que andar por el centro de la ciudad rodeada de una fiesta temática rosa. Al menos no fue tan malo como en el año pasado.



(xD K, no me siento así, pero me causo gracia).

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