sábado, 4 de febrero de 2017

What I am up to now

He aquí la ingratitud misma haciendo acto de presencia luego de demasiado tiempo. Como de costumbre, venir significa descargarme de cosas que de momento no puedo compartir con la gente que me rodea, porque no entienden, porque no están, o no tienen (no se dan) el tiempo de estar.

Hace ya un mes egresé de la universidad. Lo sé. Gran paso. Saltémonos la parte del orgullo, de la alegría y los abrazos. Adelantémonos a la parte en la que pongo pies en la tierra para preguntarme, de corazón, qué cresta necesito para realizarme este año. 

Aparentemente tuve mejor suerte que muchos de mis compañeros que ansiosos esperan la titulación (la que yo pospuse por falta de cash. No es que me deprima. Vendrá luego, y en grande), ya que tuve la oportunidad inmediata de encontrar trabajo buen remunerado, en casa, en el colegio que me acogió toda mi infancia. Karma? who knows.

Por ahora estoy de vacaciones. las ultimas vacaciones largas que tendré, que no dejaron de ser una mierda, lo que no me sorprende. No puedo decir que me siento cómoda en casa. Hasta que el kayak de mi hermano desaparezca de mi pieza y el gato de mi mama deje de tomar agua del WC (lo que significa que siempre encuentro el trono lleno de tierra. No lo limpian) no podré declararlo dignamente como mi hogar. Llegar a la etapa de plena adultez joven, y debido a las circunstancias mencionadas, me hacen desear tremendamente un lugar propio, cosa que no tenía prevista hacer hasta un buen tiempo.

Ahora mismo estoy en casa de mi pololo, en donde tampoco me siento plenamente conforme, ni tranquila. La verdad es que estamos (o estoy. No lo sé) en un momento complicado en el que las diferencias en cuanto a lo que somos y lo que esperamos del otro son demasiado grandes. Por mi parte, puedo decir que de comienzo no ha sido mucho lo que he exigido de él. Lo más importante para mi siempre ha sido que me de cariño y ya, lo que me ha llevado a obviar actitudes y episodios suyos que no aprobaría en otras personas. Pero él es el que dice que me ama, so? Por otro lado, él exige cosas de mi que no van totalmente conmigo, con como soy, con como hago mi rutina, etc. Mi pololo y yo somos muy, muy distintos. nos motivan cosas diferentes, nuestros proyectos a mediano-largo plazo no encajan... ni si quiera nuestro humor es el mismo. Mientras a mi me mata el sarcasmo negro, nerdy, y complicado, sus carcajadas van más con lo directo, vulgar y básico. Es bastante usual que no entienda mis tallas, ni yo comprenda como alguien puede encontrar divertido bromear con la violación o los inmigrantes.

Creo haber salido de una etapa complicada para entrar a la crisis que marcará la directriz de mi vida de aquí en adelante. Es como si saliera de un juego en el que las instrucciones siempre me fueron dadas, o las preguntas siempre tuvieron alternativas limitadas, para entrar a un nuevo nivel en el que sorteo distintos dilemas a la vez, pero es mi responsabilidad decidir qué camino tomar, con quién lo caminaré, o si necesito hacerlo sola. La presión de descifrar la fórmula perfecta para contentarme a mi misma sin herir a los que me rodean ya me está pesando. Siento la culpa de querer irme de casa, de querer terminar mi relación, todo de lo harta que estoy de ser subestimada, desplazada y moldeada a imagen y semejanza de otros ideales.

Finalmente, creo poder escuchar como mi voz interior me pide a gritos reencontrarme conmigo misma. Esta crisis que se aproxima pone a prueba mi capacidad de escucharme a mi misma, entender mis necesidades y saber responder a ellas, duela al que le duela. Saber quien soy, lo que quiero y reafirmarlo al resto.

Si alguien se siente con la capacidad de aconsejar, bienvenido. Igual más de uno vendrá con la frase celebre "la respuesta está en tu corazón". like... really?