lunes, 20 de diciembre de 2010

Idealismo, iluciones, espejismos.

Hoy desperté de un sueño que pudo acabar mal... otra vez.
Aveces, cuando te sientes muy vacío, partes en una desesperada búsqueda de alguien quién te acompañe. pero no cualquier persona, si no que esa que encaje mucho mejor en aquel hueco dejado por la partida de otro. alguien que hasta supere tus propias expectativas. un tesoro que custodiaremos hoy, mañana... y tal vez al día siguiente.
Pero... también puede pasar que el desenfreno, la frustración y euforia emocional nos hagan perder el raciocinio, de tal manera que acabamos vulnerables ante los desaciertos y solemos escoger a los no tan indicados candidatos.
La mente, es capas de crear fantásticos espejismos con tal de satisfacer nuestro propio corazón de una vez. Puede volverse un circo ilusionista, si así se lo permitimos. Tal como un Edipo Rey, nos autoenceguecemos... pero no con el mismo objetivo que tubo este personaje. nos motiva a esto un desconocido deseo de ver lo que queremos ver, lo que necesitamos ver. Además, tarde o temprano se hace presente la culpa de haber ilusionado también a nuestra inocente victima, por nuestro idealismo.
La primera impresión no lo es todo. no podemos darnos por convencidos ante la primera imagen que hay ante nuestros ojos perturbados, que no es mas que otro truco, que pretende dar realce solo a las cualidades y aptitudes de un individuo imperfecto, como lo es todo el mundo.
Se requiere de tiempo para conocer a las personas y adquirir un gusto por frecuentarlas, o bien, descartarlas. Y sin embargo, como ya di a entender, estamos siempre corriendo el riesgo de ser presas de la impaciencia que es muy capas de jugarnos en contra.

"El remedio a la soledad está precisamente en NO buscar la compañía, si no que es dejarla LLEGAR a nuestra vida."