jueves, 25 de agosto de 2011

Una lata. Un "No Sé Qué".



Ayer acabé aceptandole la propuesta a mi hermana y me banqué parte de 3 Metros Sobre el Cielo. Una película que salió hace poco y que a todos parece fascinarles. A mi me cargó. Bueno, digamos que jusgó lo que alcanzé a ver. Un idiota que con su moto y su camiseta sin mangas y su chaqueta de cuero que ha de haber usado más de un día seguidos andaba por la vida sin rumbo y puteando gente creyendose lo máximo. a los diez minutos se me revolvió el estomago de las ganas que tube de romperle su rostro similar al de Ronaldo (Otro huevón a quien también mataría con gusto). Es más, me fué inevitable establecer semejanza entre ese idiota y otro más, que evidentemente está ocupando su tiempo en algo High Level. En definitiva nunca se detendrá a leer tanta mierda escrita por mí. Yo en ninguno de los casos pretendo que lo haga. Hay mejores cosas en las que pueda canalizar mi empeño (hasta que por fin lo acepto).

La tipa me pidió permiso y me levante la camiseta y todo. Me daba lo mismo estar a torso descubierto lleno de sopapos con ella y mi mamá. Claro. Se me pasó por la mente alguna otra situación más agradable en la que me hallase así. Con el tiempo aprendes que no se saca nada pidiendo tanto a Dios. Como sea, estaba resignada. Incluso antes, cuando la geringa rompió mi piel y el vaso sanguineo extrayendome dos muestras exactas de liquido rojo oscuro casi burdeo, mientras la enfermera me aconsejaba como a una adolescente acomplejada. "Se embaló", pensé. Yo solo le dije que cursaba último año y que me tenía preocupada la PSU. Durante el electro pude darme cuenta de lo irregular de mis pulsaciones. Lo sabía. Luego que volví a vestirme solo quedaba esperar. tal vez el lunes estén los resultados. Igual hay un morbo de querer que la cosa indique que tienes una extraña patología cardíaca y que requieres de tratamientos y más exámenes. Es cierto. En todo momento uno pretende llamar la atención. Pero no. Lo mejor era que no indicase nada de eso. Para qué complicarse más la vida.
De un momento a otro mi mamá se notaba más cariñosa. No había punto de comparación entre la mamá de ese entonces y la mamá de las 9:10 que gritaba porque me estaba tardando demasiado en levantarme. Tiene algo de bipolar. y no es exageración. Pero ya estoy acostumbrada a su metabolismo. Para mi está bien. Prefiero gozar esos momentos de simpatía. A los otros los ignoro. Los barro bajo la alfombra.

Miro la hora. Son las 14:08. Ya debe de haber terminado la famosa reunión de secundarios en el Teresiano. No fuí porque me dio flojera. Es mejor informarse viendo televisión. Se vé arto más entrete lo que hacen allá en el centro de Santiago. Esos tipos son unos creativos. Tarde o temprano lo lograrán, si la sociedad está de su lado. Me quedaría aquí acabandome el "Mala Onda" o escribiendo, pero tengo que ir al colegio por un numero musical para el acto de mañana. Nunca fuí buena diciendo "No". Esto de tener dotes musicales imprescindibles aveces me es molesto.
Que lata. Si mi pié estubiese más grave ahora mismo estaría en cama sin preocuparme por nada más que recuperarme. Whatever. No me tomará más de dos horas.

domingo, 14 de agosto de 2011

"Discapacitada Mode On"



11:54 hrs.

Desde mi cama miro fijamente la imagen de Matthew Bellamy que tengo en mi mural de Posters. Incado e inclinado hacia adelante, con su Manson Guitar transparente, los ojos cerrados y la trompa hacia afuera.
No sé los demas, pero este tipo se excita tocando. La música es pasión. Tiene sentido.

"Idiota. Tenias que dejarla embarazada", Pienso.

Ayer una vez más me llamo mi vecina a eso de las diez de la noche. Tenía panoramas con unos colegas (Que por cierto, son profesores mios) y necesitaba de mis servicios.

"También tengo internet", agregó en cuanto notó mi entretenimiento descargando música. En fin. Si no hay nada mejor para mí una noche de viernes, andando. No me vienen mal $2000 extra.

Mientras las niñas dormían y yo ya me había acabado todo el historial de notificaciones de Facebook, me puse a revisar algunos blogs de los cuales hace un tiempo me había hecho seguidora. En general son de indole femenina. Ya sabes, Moda, cosmeticos, salud, sexo, literatura actual, escritoras, blah.

La administradora del blog "NHU" hablaba en una de sus publicaciones acerca de una receta de arroz con leche hecha con una azucar natural muy especial. Tres veces más dulce que la de remolacha y cero calorías. no recuerdo su nombre. Espero que no sea tres veces más cara.

En "God ass, bad girl", la chica hablaba de su experiencia con una tipa que pretendía a su novio, haciendo algunas referencias a la serie Gossip Girl.

Luego leí el texto anterior. Hablaba de un tipo que le atraía y al cabo de un tiempo, cuando las cosas parecía ir bastante bien, él tubo que irse muy lejos.

Creo que cuando no tienes cerca a quien quieres, todo se intensifica. A pesar de que mencionó una interesante teoría que centencia que una logra olvidar luego de que ya ha pasado la misma cantidad de tiempo que se estubo con el sujeto, ella se notaba muy enganchada.

Si esto de la distancia es tremendo. Osea, a menos que logres encontrar una distracción cuando no lo tengas a él, terminarás volviendote loca por sus recuerdos.

Nuevamente pienso en el próximo año. Ya quedan menos de tres meses para salir de clases.

Y la PSU. Mamá me dijo que corría el riesgo de no poder darla porque el ministerio podría cancelarla este año como una desesperada medida de represión al movimiento por la educación.

"Gobernantes infelices. Desearía poder hacer valer mi voto por un representante de izquierda."

Si no puedo estudiar este año pienso qu puedo trabajar en el Mall como vendedora en alguna tienda de ropa, en Los Angeles, claro. Mamá no me dejaría ir a trabajar a Conce. La idea de viajar allá está limitada solo al tema de quedar inscrita en la Universidad.

Hoy a la tarde iré a la casa de Ingrid. Tenemos que hablar de eso. Llevo tiempo sin contarle nada. Los planes originales eran ir a la casa de Karol, llevar ropa formal y pijama para filmar un video para un ramo técnico y quedarme a pasar la noche. Hoy en la mañana desperté con una grán ampoya en el empeine de mi pie derecho. lo debo de haber quemado con el guatero anoche. Cuando llegue de al lado a eso de la una de la madrugada mis pies estaban semidormidos del frío. Seguro no me di cuenta. Hoy en la mañana mamá apenas podía contener la risa. La entiendo. Fué un accidente absurdo.

Bien. Hoy solo iré a ver a Ingrid. Ordenar mi cuarto y cancelaré todo otro tipo de cita. Odio estresarme en día domingo.

Almenos mañana es feriado.


viernes, 12 de agosto de 2011

Problemas de Comunicación.



Me cargan los tipos que no hablen nada coherente. Te juro. No hay nada más desagradable que se te acerque alguien a hablar y que con su tecnicismo barato no logre más que espantarte. Como que lo hacen para llamar la atención, creo. Es tanto el afán de representar criterio... Pero no les sale. Igual, me da risa. Porque como que yo tengo algo que me premite distinguirlos al instante en que abren tarro.

Recuerdo, eso si, que cuando era chica yo tambien hacía eso de usar palabras complejas para impresionar a mis papás, hasta que mi hermano mayor me preguntó por una idea en específico que yo no supe explicar porque la lanzé sin saber siquiera su significado. Me he fijado que aveces mamá peca así cuando estamos en la mesa y habla de política, de la crisis en EE.UU, pero nunca dando información tan concreta. En esos casos yo trato de correjirle, aunque preferentemente opto por cambiar el tema de conversación.

Bueno. Creo que después de aquel episodio con mi hermano agarré especial odio por esa manía. No solo evito caer en ella, si no que me apesta verla reflejada en otros. Verás, me gusta opinar, entregar datos, aportar con algo novedoso, pero lo hago cuando se que, aparte de tratarse de un tema de mi interés, me manejo lo suficiente al respecto. Es que hay huevones que simplemente se llenan la boca de palabras vacías, redundancias o fraces que no te llevan a ninguna parte.

Te cuento. Hace un tiempo me he dado cuenta que un chico algo cercano a mi se sentía, entre comillas (no vallamos a comprometerlo tanto) atraído por mi. Bien. Yo lo quiero mucho y sinceramente está dentro de los parámetros físicos aceptables ¿me entiendes? Es decir, hay un considerable número de niñitas que estarían felices por andar con el. Pero yo, tengo un solo problema. Me es imposible no darme cuenta que cada vez que habra su boquita deje la cagada. Y así es. Comunica sin-sentidos, no se luce contando chistes (aunque él si se tiene mucha fé). Cuando le preguntas por su opinión o punto de vista de "x" caso, te responde con lo mismo que ya dijo otro pero más mezclado e inentendible. Te lo denominaría con cariño como un "Fake-little-boy".

Igual a mi em da pena esto de dejarle de lado. Inconscientemente lo evito. Si lo tengo mucho rato cerca me aburre y ya me cansé de ayudarlo avivando diálogos que en realidad no me interesa mantener.

Tal vez si hubiese sido más... No sé (Usaré los terminos más suaves)... Si hubiese podido entretenerme con pensamientos aterrizados, o si llamase mi atención con opiniones impactantes, con contenido (Osea, tampoco pido que piense igual que yo), creo... ahí recién podría quitarme esa imagen media inmadura, y empezar a atraeme de "la otra forma".



Creo que, además de la belleza o primera impresión que me haga de un chico, hay otro factor que realmente no deja de ser importante. Si yo veo que tiene un criterio, una visión, y que sabe usar su cabecita para algo más que peinarse, entonces puedo concluir que se convierte en una buena opción. Porque una quiere (no sé las demás, almenos así lo quiero yo) un chico con quién poder divertirse conversando, con quién halla temas de interés o que entre los dos seamos capáces de enseñar cosas nuevas. algo así como una forma de enriquecimiento mutuo. Si tampoco se trata de que el cabrito sea un super-winner-todo-lo-puede-todo-lo-sabe que no necesite de nadie. No. Eso tampoco da paso a una buena comunicación.

Comunicación. Ahora refexiono en lo grande que es esta palabra. Se me vienen a la mente esas parejas que nunca se hablan, que nunca se topan en casa porque cuando uno llega de la pega el otro ya partió a la suya. O esas en las que el tipo trabaja muy lejos y se ven con suerte un día, en el que la mujer le cocina, le laba, le plancha, y en la noche está dispuesta (en realidad es como un deber) a entregar todo lo demás que le quede por dar, en uno de esos "remembers" donde el amor dura lo que duró el orgasmo y ¿Qué más? que ya es de día y el sujeto se vá rapidamente apenás diciendo "Chao".

Eso no es relación. Eso no es nada. Ni si quiera es amor.

Es rutina. Es inercia debido a que ninguna de las partes es capás luchar porque las cosas cambien o bien poner final a todo de una vez.

Yo no quisiera acabar así. No. No sería capás de tolerar algo semejante.

Supongo que cuando encuentras al indicado tu solita te das cuenta. debe de haber una conexión especial. Osea: 1) Una atracción superficial. 2) Cordialidad entre ambas partes. 3) Si ya nadie pude separarlos porque cada vez que se reunen quedan enfrascados en una platica muy intensa, LOTERIA. TAL VEZ ESE ES.

Pero, está bién. Esa es solo una situación de primera instancia. Luego se empiezan a saber más y más cosas del uno y del otro, y hablo de cosas buenas y malas. Ahí es uno el que tiene que saber distinguir hasta donde llega la tolerancia. Pero, te lo digo, como mujer (Y lo digo así porque le tengo mucha fé), una tiene algo que, no se, es dificil de describir, pero es algo que nos habla. El que nos dice "¡Sí, este sí!" o "Corre ahora que después no podrás quitártelo de encima" o "Ese quiere otra cosa contigo". ¿Presentimiento? No sé. ¿Sexto sentido? I'm not sure, but, de que lo he sentido, lo he sentido.

Ya no hallo la hora de que ese algo que llevo dentro me diga algo así como "Anda tranquila, que ya lo encontraste".

Encontraste... ¿A quién?

"A un hermano de alma. A un complemento. A tu compañero de días, semanas, tal vez meses...".

miércoles, 3 de agosto de 2011

"Electric Feeling"



Estaba esperando una instancia como esta en la que no estoy del todo ocupada como para dedicar unos minutos en redactar lo que pasó hace ya dos días.

Iba a Los Angeles de compras. Una amiga de mi mamá me dio el dato de unas liquidaciones en el Mall, mientras yo le ayudaba a su hija en una tarea de ingles. No quise perder el tiempo y como ya lo había hablado antes con mi mamá esa misma tarde partí. Sola.

Recuerdo que fue un viaje largo. O bien mi impaciencia hizo que así lo pareciera. Baje en el hospital cercano al Lider. Caminé en esa dirección y luego cruzé la avenida en dirección al casino.

Llovía. Yo no tenía paraguas y estaba con el dinero justo para comprar un abrigo y volver. No tube ni para recargar el celular. Al llegar frente al Lider apagué el reproductor para no gastarle la batería. Mamá podía llamar, o qué sé yo.

Mientras caminaba con esa prisa que suele tener la gente cuando llueve, pensaba en que tal vez si había poca gente en las calles, era lógico que fuese así en el Mall.

Me Equivoque.

Allí estaba yo, empapada, rodeada de huevones refugiados en el centro comercial esperando a que el clima mejorara.

Me fuí directo al segundo piso, a Fallabela, sección femenina (Americanino, Doo Australia, Efesis y la típica redondela que formaban los colgadores de ropa Sybilla).

Creo que no alcancé a llegar a esas perchas que me interesaba revisar cuando se me cruzó por el camino. Alto, cabello largo y castaño, de piel bastante pálida. Cuando distinguí sus facciones (esto ocurrió en cosa de segundos), me helé.

Reconosco que fué una reacción muy estupida la que tube. Quedé de frente. No pasaron ni dos segundos y di media vuelta en dirección contraria, sin rumbo. Creo que el tipo se dió cuenta. Creo que él también pudo haberme observado. Yo estaba muy roja. Lo sabía porque lo estube desde que bajé del bus. Lo atribuyo a los nervios de pasear sola, de tener la plata justa, de estar incomunicada, de toparme con él que se parecía tanto a alguien a quien nunca imagine tener tan cerca.

De hecho, creo que este sujeto era, incluso, una versión más idealizada aún. De cánones mas estilizados. Pero fué el quien se cruzo. Yo solo quería urguetear unos abrigos cercanos a la caja y que caché estaban en oferta.



El estaba algo alterado. impaciente. Esperando.

Para mi desgracia, cuando quize regresar a revisar las prendas esas luego de haber dejado pasar unos prudentes 15 minutos (tiempo suficiente para que se hubiese marchado) volví a pillármelo, al lado de una tipa que ni lo inflaba. estaba muy metida entre unas perchas buscando una prenda nueva para su closet. A ella no le ví la cara. No me importaba. Ya tenía toda la información para construir la escena. Ella, una idiota adicta a la ropa. El, un novio definitivamente arrepentido de estar acompañandola. Yo, una huevona que no sabe que mierda hace ahí.

Volví a dar la vuelta revisando ropa y más ropa. el vendedor me dijo que ya no había abrigos en $7.990, solo en $9.990.

Mamá llama por teléfono.
- ¿Aló?
- ¿Oye dónde estás?
- En Los Angeles, en el Mall, viendo si encuentro algo para comprarme.
- ¿Y andas sola?
- Si
- La Loreto me pincho. la llamé y me dijo que tu la habías pinchado antes.
- Si. Esperaba que me llamara de vuelta. ¿Le dices que nos encontremos acá, porfa?
- Bueno, Cuidate oye, no te muevas de ahí que ella te va a ir a encontrar. Está comiendo completos frente al Inacap con unos compañeros.

Bueno. Tube que hacer hora. Sacando la cuenta, creo que al sujeto ese me lo cruzé más de cinco veces. La última él estaba sentado fuera de la puerta que daba a los provadores, con su misma cara de estar irritado.

Yo decidí no arrancar más. Paseé lentamente mirando pantalones de tela, poleras, bluzas, pero de espalda. El rubor no se me quitaba de las mejillas.

Luego de unos 30 minutos que para mi fueron eternos, cuando me moví a la circunferencia Sybilla, pude ver lo lejos a mi hermana con su amigo (y algo más, diría yo) José y otro que no conocía. Me sentí más tranquila.

Claro. Ella lo primero que apuntó fue el color de mi cara. Yo me excusé diciendole que era el cambio de temperatura. No me creyo. Yo tambíen pienso que fue una sacada de pillos bastante mediocre.

Los chicos se fueron. Yo me quedé con la loreto buscándome un abrigo. Tube que pedirle dinero prestado. Fué poco, pero muy necesario.

Acabé eligiendo un Montgomery Sybilla, corto y en color blanco y por dentro forrado de azul marino.

Podía irme tranquila. El viaje no había sido por las puras.

En el bus me fuí pensando, en lo profundo que fué todo. Escuchaba Arriving Somewhere But Not Here de Porcupine Tree.

Qué recuerdos...

Cerré los ojos y aunque el movimiento de la máquina hiciese que el vidrio de la ventana taladrara mi cabeza apoyada en el, pude descanzar, por almenos, unos minutos