lunes, 10 de septiembre de 2012

EL ERROR DEL IDEALISMO ANTE LA RELATIVIDAD HUMANA

A veces nos toca situarnos en momentos en que parecemos caer en un vacío de confusiones. A veces la caída es rápida e instantánea. Otras, puede tomarse su tiempo. Me refiero a "caída" cuando algo en lo que pudimos creer ciegamente, a pesar de no contar con demasiada evidencia, se desmorona. Entonces te encuentras una vez más en un escenario nuevo, partiendo de cero. Tienes que acostumbrarte a la nueva realidad y debes hacerlo pronto, porque la vida sigue y no espera a nadie; tienes que levantarte y aprender a caminar de nuevo, de manera diferente, acorde al nuevo orden de las cosas.

Tus creencias, tu estilo de vida, tu dogma, tu sentimiento más profundo, fueron fundados sobre la base de lo que parece un mal entendido, un error. Y de los errores debes saber aprender. Cambias tus esquemas previos, tu identidad, el foco con el que has mirado el mundo; el significado que le das a la vida. A tu vida. No es un blackout. No es olvidarte de todo erl bagaje de conocimiento que posees hasta ahora y tirarlo a la basura. Es reconstrucción. Transformación que mezcla parte de tu pasado con lo que el presente te está mostrando.

Creo que la clave está en no creer en aquello de lo que no estamos seguros. Mucho menos hacerlo piedra angular de nuestros más grandes proyectos. Eso significa autocegarse. Cerrar la puerta a la infinita gama de oportunidades que surgirán en el futuro. El mundo está repleto de hechos que la lógica no ha sabido explicar. La perfección no existe, así como no existe una única verdad, y así como una verdad no necesariamente permanecerá así para siempre. Todo lo que nos rodea es relativo. No existe un sí o un no definitivos. Todo está echo de matices sujetos a indefinidas modificaciones.

El hombre no siempre actúa en función de lo que predica. El error que he cometido es creer una vez más en la coherencia de aquellos factores. El hombre no se desenvuelve de la misma manera en todos los contextos y situaciones a las que se se le somete. El error que he cometido es creer una vez más en la coherencia de sus múltiples identidades.

Mi ideal ha sido encontrar personas que expresen coherencia entre sus dimensiones implícitas y explícitas y, a su vez, que las identidades que construyan convivan en armonía dentro de un mismo criterio, una misma linea. Pero es complicado, por las implicaciones que impone el entorno. O, tal vez las personas prefieren voluntariamente permanecer en la cómoda deshonestidad a sus propios principios o a una sociedad, para evitar problemas u, oportunista , "nunca quedar mal con nadie".

Yo y muchos debemos aprender a cambiar el lente idealista y observar críticamente los comportamientos, sentimientos y pensamientos del hombre en todas sus aristas, antes de emitir conclusiones. Un leve parentesco que le asemeje a un ideal de persona no es seguridad de que el resto de sus dimensiones también lo sean. No es razón de confianza. Aquellas concepciones son idealistas y prejuiciosas.

El hombre puede mentir. El hombre no siempre es bueno. El ser humano más que muchos otros seres de este mundo es cambiante, además de constructor de espejismos, virtualidades, realidades falsas. Nada que diga o haga será definitivo. El hombre, por su naturaleza, siempre será libre de hacer lo que le plazca mejor para su estabilidad. Sea esto correcto o no.

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