jueves, 31 de mayo de 2012

Una de las cosas que mas me causaba gracia cuando trabajé en la AFP, era la cantidad de carnets de identidad que vi (Aveces me costaba gran trabajo contener la risa, por las fotografías o por los mismos nombres que tenían). O cuando la gente no sabía meterlos en el dispensador. Al irme, recuerdo que se quedaron tres carnets en la oficina, que nunca fueron a reclamar. Ese último día los puse a los tres con cinta adhesiva en el ventanal polarizado.

Ya ni sé por qué se me vino a la cabeza esto.

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