miércoles, 30 de mayo de 2012

Ya sé lo que se viene.



Creo que estoy experimentando nuevas sensaciones, nuevos sentimientos. Ya me da lo mismo admitirlo, no perderé tiempo en una batalla mental, negando este fenomeno que es, en todas sus perspectivas, evidente (menos en la pública. Supongo que aparte de aquí, no me he referido a esto en ninguna otra parte). Es real y lo asumo. También asumo los acontecimientos que vendrán más adelante.

Me ve pero no me mira, me oye pero me escucha. Hay ruidos y niebla por doquier. Un antagonismo ingenuo e inintencionado, personificado por una u dos, por ella o aquella... o qué se yo cuántas más. Y es normal. Es normal la presencia de una ruidosa, una permanente ruidosa, que le silva en el oído como una avispa insoportable. Se da hasta en las mas famosas novelas románticas. Pero él la soportará. De hecho, el silvido de su avispa es mas tolerable que el solo hecho de mirarme a los ojos. O de escuchar mi voz y es que, aí, aveces hablo demasiado, aveces el silencio y la cautela se me hacen desesperantes. a veces de impaciente y de impotente me vuelvo un torrente insensato que a veces se desborda, pierde el curso.

Me conozco, es probable que así sea. me volveré loca en mis enredos, en mis dudas, planeando estrategias basadas en blandos e insustentables supuestos. Erraré y mi error me volverá presa del miedo y entonces no haré más nada. Solo veré como una más hábil, más brillante, más delicada, pase delante de mi y construya cada pieza del castillo de cristal que yo bosquejé en mis pensamientos e imaginaciones más profundas, y se siente en el trono platinado, adornado de hortensias. Ella leerá el guión de mi obra. Dirá y hará todo lo que yo quise. Ella ocupará mi trono, a la derecha de mi rey.

Dolerá. Dolerá como siempre. Solo tengo el consuelo de que a este dolor ya le conozco el rostro.
Yo escribí este drama. Yo creé a este monstruo, a este dolor. Yo ya sé cómo es que esta historia termina.

No hay comentarios:

Publicar un comentario