Yo no pedí llegar aquí, ni esperé llegar aquí a donde estoy. No se siente como lo que hubiese esperado pero no está mal, ya. Me siento como si hubiese subido a un Porche luego de días de hacer dedo, y me hundo en los brazos del asiento trasero, y me duermo ahí, y no sé a dónde me llevan. Solo sé que voy cómoda, que está soleado, que hace menos frío.
Se siente como si fuéramos viajando a casa.
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