La mesa se nos hizo chica de repente y se sentía bacán. Se hubiese sentido mejor con la estufa prendida, y mi hermano también en la casa. La tía Raquel no hablaba de religión ni casi nada (estaba aun ensimismada, después de que la convencimos de que no era oportuno irse ese mismo día a Santiago, y otras cosas)... la tele metía ruido en el living...
Entonces empecé a cachar a mi tío nene. En la mañana no se había servido nada de pan ni palta, solo una taza de té medio desabrido. Ahora estaba con otro té, sacándole de a poco las miguitas a un pan solo. Le dije no tan insistente que se sirviera algo... y luego mi mama le sacó el royo igual, y le dijo que como iba a estar comiendo tan poquito. El tío miraba la mesa no mas, y al final dijo que en su casa no estaba acostumbrado a tener 'tantas' cosas en la mesa. Desde hacía rato que me había dado cuenta lo que le pasaba. Sobre todo cuando a cada rato me decía "los estudios son importantes... sin estudios uno no es nadie en la vida...", Me dio harta pena cuando dijo lo de la mesa, en verdad. Me acordé de lo que oí decir a mi mama, que su hijo estaba metido en la droga, no sé qué más... Me acorde de la señora esposa suya. De mi tío, me refiero. Una señora gorda que como bien oí decir a mi mama no hacía mucho... que era mañosa... que hace nueve años mi tío tuvo que mentir diciendo que mamá estaba grave para poder venir a la Junta Aqueveque de esa vez... Pienso en lo que he oído de su familia de Curanilahue, que poco conozco, y pienso en el, que me recuerda a mi papá no sé por qué (será porque le tenía apreció a él, también... harto hablamos de él durante anteayer). Por su humildad, de repente. Ahora me acuerdo de mi tío nene y me da pena.
Supongo que eligió mal no más...
Y ahora me pregunto si familia es la que se elije, o la que se tiene de antes. La que vive contigo, o la que lleva tu apellido. O tal vez familia es la que se ama incondicionalmente, sin importar cual de todas estas sea.
... Al final igual se sirvió un pan con queso y jamón.
Ojala que volvamos a tomar once juntos este verano, y no en nueve años más. Lo dejé invitado y re-invitado a la casa, pero no sé si vaya. A veces nos pasa que no nos da el ánimo de salir de las cuatro paredes que nosotros mismos construimos. No es ingratitud... es desanimo. Solo es desanimo, y un poco de desilusión de la vida, de experiencias diferentes.
Para mientras, seguirán siendo solo mi hermana y mi mamá en la mesa, hasta que vuelva mi hermano... hasta que yo vaya a casa de visita.
No hay comentarios:
Publicar un comentario