domingo, 23 de noviembre de 2014

Black holes (and revelations)

El fin de semana pasado acompañe a un amigo al cine, a ver Interestellar, en HD, durante tres horas, con una pepsi y nada más en mi estómago. 

Más allá del hambre que pudiese haber tenido, quedé absorta con la trama. Es increíble como la cienciaficción enloquece y encanta a mi mente con sus historias que bien podrían no ser de ficción, si no que una señal de lo que está por venir... ya que todo puede ser posible, una vez dentro de un agujero negro. 

Siempre me ha gustado la física, más nunca he sido tan buena en los cálculos... pero supe entender lo que era un agujero negro, cuando lo explican muy pedagógicamente con una hoja de papel. que pueden existir dos puntos en lo que conocemos por el universo. Dos puntos muy distantes, separados por una distancia linear, que bien puede ser reducida cuando unes ambos extremos de esta linea por medio de un atajo, un portal. Piensen en un link de internet que los dirige a una página sin necesidad de escribir su url manualmente. Eso es un agujero negro. O más bien, eso es más o menos. 

En realidad, un agujero negro seria como un link misterioso... como el boton verde de JAIDEFINICHON, que no sabes a que puta página retorcida te mandará... o como el 'voy a tener suerte', de google. Cuando entras a un agujero negro (nunca lo he hecho, vale aclararlo) sería como ir y decirte a ti mismo 'voy a tener suerte', aunque en realidad no sabes en qué dimensión ni universo irás a parar. 

Qué extraño es pensar en estas cosas. Pero se asemeja a otros pensamientos bastante básicos que han rondado previamente mi cabeza. 

Nuestras decisiones. ¿Se han puesto a pensar en ellas? Yo sí... y sí, ya han sido sujeto de publicaciones anteriores... pero, ¿Han llegado a la misma conclusión que yo? ¿Se han puesto a pensar que nuestras decisiones son agujeros negros? En el momento en que decides hacer, deshacer o ignorar algo, tu realidad cambia completamente. En el momento en que actúas en base a tu decisión, te encuentras en un momento de incertidumbre tremendamente existencial. Es ese el punto de quiebre entre lo que conoces y lo diferente. 

A cada instante cruzamos por agujeros negros, y no nos damos la menor cuenta. 

-¿Terror al cambio, Paula?
- No... ya me estoy haciendo la idea.

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