domingo, 13 de julio de 2014

Ninguno es más que el otro (no aún)

No es la primera vez que te cuelas en mis aposentos del sueño como si la cosa no hubiese cambiado demasiado. Tu pareces estar ahí como siempre... pareces no demostrar propósito, ni rol, ni pretensión. Es perturbadora cada vez que te cuelas y me rompes los esquemas que he sabido construir no se cómo.

Sembrando incertidumbre estuviste esta ultima vez. No me explico qué parte de mi pudo haberte invocado de esa forma. Distinta... de esa forma en la que inyectabas posibles situaciones que no me interesa que ocurran. Lúcida, ahora, sé que pudo no ser más que una tontera... un juego macabro. Un juego en mi.

Me equivoque de puerta. Me escabullí rápidamente y abrí y estabas y tus cosas, instalados... cómodamente, y yo era quien me colaba en un falso aposento tuyo esta vez. La hostilidad se fue por un segundo... luego de bajar guardia. "No puedo creerte, hasta que lo vea", te dije firmemente. "No podré creerle, hasta que no lo vea", terminé. Tú parecías entenderlo claramente.

No había odio... y casi no había sentimientos. Una religiosa nos observaba desde el hueco que dejaba la cortina de la ventana de tu cuarto, a ti en la cama, a mi sentada a los pies. Una extraña y profunda sensación de nostalgia me inundó ese instante. Más allá del desapruebo de la religiosa al otro lado del cuarto, comprendí que no me correspondía estar allí, prolongando un incidente; una reunión que no debía de darse.

Solo te dije adiós y me fui. Así correspondía que fuera. Recogí mis nuevas esperanzas, abracé una nueva creencia. Porque aunque hasta ahora él no es ni más ni menos que tú, yo quiero creerle. Subí al cuarto piso, cruzándome con monjas que subían y bajaban escaleras... cargando sábanas... ropa, no lo sé...

Ni siquiera sé si logré llegar a mi propio cuarto... si acaso logré reponerme de todo aquello.

Ni siquiera sé cómo pude imaginar tantas cosas en una sola noche.

Yes I'm hearing voices too.
And I'm more cut up than you.

No hay comentarios:

Publicar un comentario