Me cargas... y me carga olvidar que me cargas. Cuando gritas y crees que el puto mundo ha de andar a tu pinta. Que sea uno el payaso al estar bien y reír, cuando tus estridentes alaridos son realmente ridículos. Que sea ella la que calle aun cuando eres tú quien le debe respeto.
Me cargas... no te llevo y no creo hacerlo nunca. Incluso cuando eres agradable casi no lo soporto. A veces sueño que puedo solucionarlo simplemente tomandote del pelo y azotándote a la más próxima pared, pintandola del rojo emanado de tu nariz, gritándote al oído "No vas a volver a ofenderle así nunca".
No sabes cuanto puedo desear destruirte.
Se que no podré hacer nada de eso, porque no sé cómo atacar a nadie. Pero un día, luego de bastante silencio me iré, y ella se irá conmigo. Un día estarás solo tú, con quien quiera de verdad aguantarte.
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