Ya llevo mi once entera (dos panes con jamon de pavo acaramelado y mayo), y no son ni las 19:00. El café extra dulce y cabezón (no tanto como los que me daba mi prima cuando estudiaba hasta tarde) lo tengo enfriando... para tomarmelo al seco marrato, no tan marrato.
Ayer me hueveaba un cabrito en facebook diciendo que soy igualita a la Javiera Mena. Yo recordé que Javier (más conocido como "Nando", que se dice Javier desde que está en Temuco, porque cree que tiene más cara de Javier) me dijo lo mismo. La mina es una cantante chilena de electro pop. Tipo Marina & The Diamons pero más penca. Tiene voz de nada, pero al menos afina. It's something. Y nada... me dieron risa dos cosas. 1) que me preguntara si soy lela: me acordé de la talla que me contó la Ceci, una amiga. Ella creía que yo lo era, por una mina con la que me junté cuando llegué a la U. 2) que me idolatrara tanto, que en cierta forma me hayara igual de linda que la tal Javiera. Hace rato que no me siento linda. Pero si el resto lo dice... bacán no más.
Me vine antes de la U. Al final fui a puro rendir una prueba del libro The African Queen versión Oxford, que casi nadie leyó. Eran 39 páginas de texto livianamente literario... pan recomido. Mal por ellos, pero me dio paja hablar con la profe para pedirle sutilmente que aplazaran la huea para mañana (otro compadre lo hizo pero la profe no lo pesco. Tan poco sutiles que sean los hombres, por la
Nada... osea, todo!
Quiero decir... me quedan muuucha cosas de las que hablar ah? Pero como que aquí no puedo. La gente sabe quien soy y me lincharían por lo que tengo que decir. Los de facebook saben que esto es mío porque yo la rehuevona linkeo algunos pasajes que me parecen memorables. Los de Last.fm saben que esta soy yo porque tengo un enlace en mi perfil de esto. Los de tumblr... no, parece que no saben. Mis amigos, familia (maybe), psicópatas antiguos, pololo, seguidores, saben que yo soy yo. No puedo hablar con libertad, se entiende?
Me estoy replanteando la idea de ponerme a escribir de nuevo en papel. Guardar todo en una caja, como mis diarios de pendeja. Cuando muera, alguien encontrará la caja (ojalá un desconocido) y harán un libro de mi. Y seré como "Preguntale a Alicia", pero más cartucha. O no.
Les tinca o no la idea. Lamentablemente uds. ni ahora ni en sus enteritas vidas tendrán privilegio de saber mis secretos pensamientos. Sus hijos, nietos, los de mis hermanos y primos (porque yo no tendré hijos ni cagando) me leerán y dirán "puta que era bacán esta wna". Y yo estaré en el edén muerta... de la risa.
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