Familia.

Ayer, mientras hablaba por skype, me di cuenta de que hasta cuando no pasas por momentos complicados no te das cuenta de lo valiosa que se vuelve la familia.

Durante estas dos semanas he sentido que muchos ojos compasivos han estado sobre mi. En Nacimiento, en mi Colegio, en mi barrio, me conocen todos por ser parte de un grupo de tres... donde ahora solo somos dos.

Muchos pensarán que el he de estar devastada por lo que le ocurrió a mis dos más grandes amigas. Pues si, lo estuve. Pero de chica aprendí por la fuerza a contener las emociones en situaciones como estas, que solo requieren actuar rápido; pensar rápido en cómo cambiarán las cosas a largo plazo. Cómo hacer para que los cimientos de nuestros grandes proyectos no se desmoronen, por confusiones o depresión.

Hace un par de días trataba de escribir sobre qué es la "fuerza". De donde viene... Pues recuerdo que en física aprendí que cada cosa tiene energía potencial... que está ahí. Siempre está. ¿No se han preguntado nunca de donde uno saca tanta fuerza en la adversidad? Es que no se toma prestada de ninguna parte. Ha estado dentro de nosotros en todo momento. Que no la hayamos detonado es otro cuento. Nuevamente el conductismo se vuelve obsoleto ante lo que es real, aunque no podamos verlo.

Por pura vanidad, a veces me gustaría tener algo más de atención de algunos amigos... sobre todo de los que están lejos de ese contexto. Supongo que por el solo hecho de estar acostumbrada a creer que gestos así resultan bonitos. Sin embargo reconozco que ciertamente no lo necesito. Tengo fuerza para rato. Y es que descubrí que se requiere consciencia de que la tengo, y  yo soy muy consciente de ello. Soy consciente porque me lo dicen los que me conocen de pequeña, y saben cada uno de mis tropiezos y levantamientos.

Ya no me importa que tanto me pesquen los demás. Porque tengo un papá, una mamá, un hermano y una hermana que comparten mis amarguras, me motivan y depositan su fe en mi todos los días.