martes, 16 de abril de 2013

Me apena un poco llegar a la conclusión de que, independiente de la tendencia de nuestra profesión (científica-humanista-comercial-industrial...), llega un punto en que todas le cortan las alas a tu lado humano. Te obligan a comportarte como un ser que no siente. No necesitas sentir para desempeñar tu labor... Incluso en la pedagogía, que trata además de formar personas con consciencia social y una inteligencia emocional, ocurre que la estructura institucional, de escuela, liceo, universidad, está llena de trabas, que cierran cabida a gran parte de nuestra expresión personal. Los profesores son un ejemplo de  respeto, responsabilidad, presentación personal... Pero somos humanos, damn! nos mandamos embarradas, y tenemos opiniones subjetivas, y a veces no podemos ocultar lo que nos pasa adentro.

Hay gente que francamente acaba decidiendo bloquear la parte social y sentimental, o las metas personales, solo para enfocarse al estudio o al trabajo. Es triste, porque algunos sujetos de mi mayor inspiración han logrado eso que considero grandioso de ellos a costa de este sacrificio.

A mi todavía me cuesta trabajo bloquearlo. Un ejemplo concreto de esto es escuchar música mientras estudio. No es como leer un libro por ocio y escuchar algo que me guste. En este caso se complementan. Ambas cosas las hago por una motivación intrínseca. Pero estudios y música no encajan; no para mi. El estudio requiere que piense con la mente fría, como hace un rato hice mientras leía sobre las Teorías Evolutivas para la tutoría que daré mañana. Pero el solo hecho de poner algo de música despierta mi emisferio emocional, me dan ganas de cantar, pienso en la letra de las canciones, recuerdo leceras... Y dicen que la música clásica resulta un aporte para el desarrollo cognoscitivo, porque es compleja y te abre la mente, pero junto con que es compleja te transmite muchísimo sentimentalismo de por medio (particularmente, me siento tocada por los nocturnos, baladas y preludios de Chopin). Incluso el Rock o Metal Progresivo, pese a ser un poco más técnico, no deja de ser melodioso, y por lo tanto bastante sentimental (incluso los riffs medios rudos te generan un sentimiento en particular, que en mi caso se traducen en una "rabia" por algo).

Jaja, otra cosa es que este jueves habrá una actividad musical a cargo algunas carreras de la facultad, y me da una lata tener que quedarme de brazos cruzados como expectadora, porque no cuento con instrumento. Y aunque lo contase, mi estilo no es el de la masa... sería como tocar algo nice, algo de cultura pop, agradable para ellos; no algo que me nazca porque "siento" que es mi mejor expresión de como soy, o como estoy.

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