miércoles, 10 de abril de 2013

Estoy pensando seriamente en no ir mañana a marchar. La vez pasada llegué a la Ufro, vi como unos rebeldes intentaban hacer barricadas en la Francisco Salazar sin lograr mucho, y vi como muchos de la U no hacían nada. Algunos ayudaban... y me decepcioné. ¿Donde está el fin? Bueno, mi mente inocente aún esperaba un acto, con discursos limpios, alguna tocata... pero no. La cosa era llegar a la Ufro, a hacer cualquier huevada.

Supongo que mañana será más o menos lo mismo. Y no me gusta la idea de quedarme en casa. Me siento un poco como mi tocayo Paulo Freire, que se decepcionaba al igual que yo de los actos demasiado radicales, echándose a muchos de izquierda encima. Siento que por un lado tengo que estar ahí para evitar justamente que se manche toda la credibilidad que muchos han puesto en nosotros (por nuestra organización como carrera y facultad, que no se ha dado así en años. Por que hemos logrado hacer las cosas bien) por culpa de un poco de imprudencia.

He oído otras cosas más... como que los de Educación somos los caballitos de batalla de las otras facultades más movidas, o más macro, que los de regiones lo somos con los de Santiago...

Por eso mismo, me da un poco de paja ir a marchar por lo nacional, que en el fondo se vuelve siempre algo más "capital".

Bueno, ya van casi tres semanas en paro... han amenazado con sumarios... he perdido algunas clases importantes, y aún no me preparo mentalmente con mi práctica, ni he comprado ni estampado mi delantal de profe. Pero estoy contenta de seguir curioseando, dudando y criticando de todo lo que está a mi alrededor. Me siento agradecida seguir viendo las cagadas que aun pocos quieren ver... Puede que este sea uno de los momentos que mas querré recordar y contar a mis alumnos. Eso sería constructivismo puro.


No hay comentarios:

Publicar un comentario