jueves, 29 de noviembre de 2012

PRINCIPIOS QUE ME MUEVEN COMO SER HUMANO Y PROFESIONAL.

Ok, esta es una actividad que desarollé para Proyecto Cristiano. No tiene nada que ver con religión. Solo es un decálogo de los 10 valores o principios que me guían o que espero alcanzar algún día. Ayer me tupí tanto en la exposición de ellos durante la clase (creí haberlo ya superado), que para no quedarme con las ganas de exponerlos como hubiese querido, los pondré aquí. Así no me quedo con la desagradable sensación de no haber dicho algo que me parece importante.

AMOR: según Dalai Lama el objetivo esencial de vivir está en experimentar la felicidad, lo cual requiere una constante motivación, un sentirse esperanzados por ello. Sin embargo recalca que para alcanzarla hace falta de un ingrediente básico, que es el afecto, hacia uno mismo y en intercambio con los demás. Con esto me referiré al “amor”. El amor ha de ser la piedra angular del proyecto de una vida. Con él en el centro de todas las ventajas materiales, el entorno en el cual nos desenvolvemos se tornará más ameno, más armonioso. Sin amor, las ventajas materiales no significarían ningún aporte. Incluso pueden tornarse dañinas y contrarias a todo principio de paz.

SOLIDARIDAD: Esto tiene que ver con el esmero por actuar pensando en un bien común, o ayudar para la integridad y desarrollo de las demás personas. Este concepto tiene una asociación filosófica y cristiana hacia la fraternidad social. A la unión de una comunidad, entendiéndonos a todos como iguales en cuanto a nuestro carácter de personas libres, o según el cristianismo, “hijos de Dios”. Más allá de la solidaridad considero que se encuentra el Altruismo, que significa preocuparse y actuar más por el bien de los otros que por el de uno mismo. Sin embargo, en lo personal considero que es necesario realizar un bien personal, para poder mayormente útiles o capaces de apoyar al hermano.

JUSTICIA: En lo personal considero a la justicia como un ente abstracto, una actitud defensora de los derechos que dicen relación a la integridad del ser humano, de todo ser vivo y del ecosistema. Por ejemplo, la justicia ha de defender el carácter de vulnerabilidad y mortalidad de los seres vivos y hacer del entorno un medio que les respete como tales. Los seres vivos son complejos e imperfectos, y los sistemas mundiales han de procurar preservar su integridad, más que quitarles este carácter que es antropológico. Quitándoles esto, se convertirían en seres insensibles. Seres animados, pero sin sentido de nada. La justicia además ha de velar fuertemente por el derecho el amor y por el derecho a la libertad y a una vida plena y sana, en todo sentido.

LIBERTAD: es la facultad muy propia del ser humano de pensar, sentir, hablar y crear algo propio y auténtico. En otras palabras, es la habilidad que permite una potencial transformación de la realidad. Este concepto tiene que ver con poseer una identidad propia, “un timbre de voz único”, y a más grandes rasgos se traduce en la existencia de una gran variedad de culturas. Esta facultad es un derecho, a ser diferente, a desenvolverme según como yo lo sé hacer. Sin embargo, considero que la libertad ha de estar sujeta a un margen, y este es el límite en el que nuestro desenvolvimiento no dañe ni margine de ninguna manera la integridad de los otros.

RESPETO: a este concepto le relaciono con el aceptar y reconocer como válidas a las personas y sus diferentes culturas. Respeto implica además comunicarse gentilmente con todos, aunque algunos no lo hagan así con uno. Tiene que ver con mantener un contacto grato con otros, sin ofensas, sin negación a sus sugerencias. Considero que el respeto va más allá que la tolerancia, que para mí es solo aceptar las diferencias del otro. Respeto invita no solo a aceptar, si no que a curiosear y aprender de aquellas diferencias. Tolerancia es oír al otro, mientras que respeto es “escuchar” al otro. Es prestar atención a los mensajes que este transmite, porque mi cultura y mis pensamientos no son perfectos ni siempre correctos, y bien puedo aprender lecciones valiosas de los demás.

CRÍTICA: es la habilidad de cuestionamiento. Observar la realidad y a los que se mueven en ella con ojos analistas o experimentales. Es curiosidad por saber más allá de lo que ahora sepamos, o ver más allá de lo que nos ofrezcan inmediatamente. Es aventurarse a increpar al mundo preguntando “qué es esto”, “cómo funciona”, “por qué es así”, “y que pasaría si…”. Es fundamental ser críticos, porque permite reconocer y reflexionar sobre puntos negros o falencias de un sistema en el que vivimos, y actuar en función de una búsqueda de soluciones. Ser crítico es reconocerse a sí mismo como agente activo, no como un pez más que se ha dormido en medio de la marea.

CONSTRUCTIVISMO: he extraído este concepto de la pedagogía. Está, sustentado epistemológicamente por la Hermeneutica, es decir, la ciencia que estudia la interpretación y la comprensión. Los seres humanos no somos tabulas razas ni estamos vacíos de información implícita. Aprendemos y transformamos nuestro perfil de persona desde nuestro nacimiento orientados por los entornos a los que se nos somete (casa, escuela, trabajo, comuna, país, contexto histórico-socio-cultural, etc). No llegamos a la escuela en blanco. Nuestro interior no está vacío, ni es una invención.

HUMANISMO: En resumidas cuentas, he de considerar este concepto según su código de ética, que habla de vivir en pro de la intensificación del desarrollo, del bienestar y de la dignidad como los objetivos últimos de todo pensamiento y acción, por encima de ideales políticos o religiosos que se desorienten de ellos. Puedo relacionarle fácilmente con el más alto podio de la Teoría del Desarrollo Moral de Kohlberg, el Postconvencional, en donde el individuo pone a los Principios Humanos Universales por sobre todo sistema económico, ley o dogma religioso.

ESPIRITUALIDAD: por una parte, tomo a la espiritualidad según el concepto que estudié de Max Scheller, que le define como el carácter diferenciador entre el humano y otros seres vivos. Es la presencia de una materia abstracta en el interior. Una consciencia que nos provee de las habilidades mencionadas anteriormente, la crítica, el sentimentalismo, la moral. Los hombres y mujeres que reconocen y usan su espíritu son hombres y mujeres libres. Según mis conclusiones, el desarrollo del espíritu ha de partir por una instancia de reflexión interna, para luego ser expresado externamente. El interdesarrollo del espíritu (es decir, en contacto con otros), fortalece un dialogo respetuoso y los lazos afectuosos.

HUMILDAD: puedo reconocer una relación entre este término con el de “vulnerabilidad”. Ser humilde para mí es reconocerse a uno mismo como el ser imperfecto que se es. La humildad además me significa despojarme de aquellos bienes de la tierra que me aíslan del diálogo fraterno con mis pares. Socialmente también se puede ser humilde, en la manera en que uno se relaciona con otros. Mi idea no es actuar moralmente para ser reconocida en la sociedad. Mis actos bondadosos harán tributo a su nombre en la medida en que los haga pensando primeramente en el servicio que presto con ellos al mundo. No busco ser líder ni recibir galardones, sino que ser primero un auténtico agente activo de servicio social, sea pública o anónimamente; aunque me reconozcan con nombre y apellido o no.

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