Bueno estaba leyendo y a ratos sentía que el protagonista era como un amigo de toda la vida. Tiene un humor muy mío, o como el de mi primo Eduardo, que de vez en cuando saca unas ideas tan hilarantes. En serio, con personas como él no puedes mantenerte serio o indiferente. Claro, porque las personas así, si no se presentan como simpaticos son, a lo menos, interesantes. Lo mismo me pasó con Mattia, cuando leía La Soledad De Los Numeros Primos. Cuando el narrador expresaba los pensamientos internos de este personaje, o por las cosas que este mismo demostraba con sus actos externos. Era un personaje muy singular. Minusioso, detallista... Algo así como Sheldon de The Big Bang Theory, pero más sombrío, como con un Look que lo acercaba a Severus Snape de Harry Potter en su adolescencia, o a Ventura de Nunca Seremos Estrellas Del Rock, a "L" de Deathnote, a Alan Parker en Viaje A Las Tinieblas (basada en el relato de Stephen King, Riding The Bullet), o incluso al mismísimo Steven Wilson. Aunque debo acotar que me hubiese encantado aún más si tan solo hubiesen habido instancias en las que Mattia se expresase en primera persona. La mayoría de la literatura contemporánea incluye capítulos completos en los que los personajes tienen rienda suelta para expresarse en primera persona. Eso le da, para mi gusto, un plus enorme. Te convencen más de su carácter. Cobran más sentido, más vida. En serio, me extrañó que Paolo Giordano, con semejante materia literaria, no halla pensado en salirse de su narración omnisciente.
Estos son mis últimos días de vacaciones. Este domingo regreso a Temuco en compañía de mi mamá. Sin embargo me gustaría poder leer algo más que me resulte encantador. Camilo, un compañero de Universidad, tiene un libro de un escritor chileno de apellido frances (creo), que vivió en Valparaíso y pasó sus últimos días en el sur de Chile. Según lo que oí de él, tenía unas ideas fantásticas de educación y no solo eso, un concepto de vida que me hace asociarlo al tipo de personaje que estoy buscando conocer y del cual pretendo aprender algunas lecciones. No recuerdo como se llama él, ni su libro, pero Francisca, una compañera y ya "amiga" se quedó con el ejemplar. Espero encontrarla pronto conectada para pedirle estos datos. Si lo hago, los publicaré aquí también.
Me van quedando solo minutos de carga en mi computador. Creo que lo apagaré para dedicarme un rato a mis cuadernos que me traje y no he abierto para nada. Me siento bien de regresar a este rincón, con nuevas ideas. Ayer leí un estracto que un amigo y compañero de Universidad, Anibal, me envió por Facebook. Es algo así como un proyecto literario. Le dije que su historia promete, que debe seguir escribiéndola porque al menos a mí me dejó enganchada. Tal vez podamos hacer algo interesante en conjunto con Francisca y Cecilia, otra amiga y compañera. Somos un grupo bien apegado a las letras, al arte. Nos gustaría crear historias de terror o suspenso (como las de Stephen King), y tal vez crear una dramatización o film. Algo así como cine o teatro underground. Tenemos buenas ideas. En grupo creo que podemos hacer algo más que grandioso.
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