sábado, 14 de enero de 2012

Ocho y seis minutos de la tarde. Hace un poco de frío y no sé si tengo escalofrío por esto o por no sé... cualquier otra cosa.

(Iré por un polerón)

Acabo de ver la segunda parte de "27 bodas". Esta es la segunda vez que lo hago. No es de mi preferencia este tipo de películas, pero no sé. Me gustó que hablase de una chica común y corriente (Bien, solo con una manía), que trabaja de secretaria para una oficina un tanto aburrida, sola, en fin, un ser humano más. De repente ver cine con personajes casi perfectos o demasiado falseados es tan... tedioso tan, poco creíble. Algunos piensan que de eso se trata el arte. De crear mundos nuevos que no necesariamente sean un reflejo de la realidad, lo que me encanta. Pero aquellos tipos de arte que sí van abocados a esa tematica, que lo hagan como corresponde. Que no sean siempre una oda tan fantástica de la vida que no todo lo que tiene es fantástico.

Me carga la sensación de tener ahora mismo a mi hermana tiñendole el pelo a mi mamá detras de mí... tratando de llamar mi atencion porque mis oídos estan taponeados con Uno de Muse. Hablan y solo oigo murmullos inentendibles. Preferiría estar sola. ¿Por qué justo ahora están aquí?

Hoy en la mañana desperté tres veces. La primera fue a eso de las seis. Mi mamá le gritaba a mi gata para que bajase del techo. Está actuando extraño, como queriendo morir. Come tierra, está delgada... Al menos deja que le haga cariño. Luego desperté con el ruido de mi hermano que llego a las siete y algo de Santiago (Pienso en eso y siento una terrible envidia). Puso algo de musica, no tan fuerte. Pude seguir durmiendo. Desperté nuevamente a eso de las ocho y media. Mi cama, mi cuarto en general era un caos que no tenía comienzo ni fin. De hecho aún está así y no me importa; Sé que mañana tendré más energía que hoy para ordenarlo. Me levanté al baño, sentí el mismo desprecio al verme a mi misma en las mañanas. Salí y lo saludé y hablamos largo rato de un sillón a otro de mi. De mi prueba, de mis resultados, de todo eso que tengo que hacer el lunes. Le hablé de que gané la beca Bicentenario y de mis ganas de postular a otras que me ayuden a sacar gratis mis estudios. Me hizo bien oirle decir que todo lo que ha ocurrido hasta ahora ha sido producto de mi esfuerzo, de mi constancia, que lo logré. Hace falta que te afirmen así. Aún siguen ocurriendo cosas que me desmoralizan. Todos los días. El dice que tiene fé en que acabaré haciendome un buen camino, por todo lo que ya he hecho bien. Pero yo sé que hay algo que no me resulta. Algo que siempre me sale mal y que no deja de ser relevante.

Me da una plancha enorme hablar de esto acá. A pesar de que reconosco que esto es practicamente solo mío. Que nadie viene nunca. A ratos siento que estoy siendo observada todo el tiempo. Es tan molesto. He escondido mi rostro por miedo; a la desaprobación, however.
Mis amigos aveces dicen que soy genial. Les gusta que escriba, que sepa tocar guitarra; A don Fabian le agrada mi timbre de voz (yo cuando me lo oigo en videos o grabaciones me incomodo), A otras les gusta mi pelo, por su color y por las ondas que tiene que no se sabe si son rulos o qué cosa. Que sea alta, que escuche buena música... And stuffs

Yo no estoy satisfecha. Bueno, quizas es normal. No estoy ni en la mitad de la vida (No quiero estar ahí nunca. No tengo ningún apuro) y tengo tantas cosas que vivir. Tengo un pesar tan existencial. Pienso que si me muriese mañana deambularía desolada por las calles y lugares que recorrí en vida, buscando respuestas a esas preguntas que no hice, o tratando de hacer lo que nunca pude. Sería una desgracia.

Pienso que podría odiarme demasiado. Pero nunca, NUNCA, podría pretender acabar con mi vida. En ningún sentido. Es lo más hermoso que tengo; el unico chance que tengo de conseguir cosas grandiosas para mí y para quienes amo. Y soy caprichosa y también puedo ser terca e insistente cuando hay algo que me interesa.

Casos como esos me hacen creer que mientras halla esperanzas de continuar en marcha, por mínimas que sean, las tomaré en cuenta. Y es cierto. Para mi en este momento existen causas que se merecen el mejor de mis méritos.

Tengo causas que se reflejan en el solo hecho de querer levantarme cada día.

(Espero recordar hablar más tarde sobre la anecdota del hombre que me hablo ese día 11 de diciembre en el asiento 16 del Bio-Bio camino Conce-Nacimiento. Eso es algo que de todas maneras merece unas detalladas lineas).

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