lunes, 11 de marzo de 2013

Mala cueva, No soy así no más.

Al final ni sé para qué junté tanto rencor… si soy igual que ella. Tonta, para algunas cosas. Deberíamos encontrarnos las dos un día y tomar el té. “I know that feeling”, le diría. Después de todo me mando las mismas cagadas que ella. Y lo que es peor, me las mando después de ya conocerlas.

Tampoco sé para qué chucha junté rencor por él, si fue como cualquier otro en su situación, pienso. Cualquiera hubiese decidido de la misma forma… bueno, casi todos.

A ella le fue bien, solo eso le diferencia de mi. Pese a estar jugando su rol yo estoy consciente de lo tarada que parezco a veces… Ella no. Ella era tarada y no se tal vez ni se ponía freno alguno (no sé nada de ella, ni me arriesgo a un psicoanálisis). Creo que era tarada, y linda, y aun así, le salió bien. Yo estoy hecha un manojo de cuestionamientos. Me cuestiono para decir cosas inteligentes, o estúpidas. Me cuestiono para todo, últimamente.

Ella se pone esos shorts a medio muslo, con la pierna cubierta de un tipo de panti que yo no uso desde los 5 (rayitas, lunarcitos, corazoncitos…). Anda con una amiga, que se vistió casi igual, pero no se ve mejor que ella (No tiene su porte, su pelo, su contextura). Le importa poco si cuando habla le entienden, si se equivoca o no, o si le comprenden. De todas formas la mirarán. De todas formas él se volteó a mirarla solo a ella. Vaya a saber una por qué.

Ella tal vez va y se le abalanza encima. El reacciona consternado pero en el fondo le gusta. Le gustó eso de tener su cuerpo encima y tan cerca. Claro que se lo guarda, o hace como que nunca se le paso por la cabeza semejante idea.

Yo no soy así, vale… Yo solo fui Blanca Nieves y escupí la manzana envenenada que no tenía que escupir, y se rieron todos, antes de que llegase a desmayarme, antes de que los enanos me mandaran a un ataúd de cristal y antes que el príncipe me diera el beso de la vida. Torpe hasta para hacerse la tonta; hacerse la princesa.

Mala cueva. Ella lo hará mejor que yo. Un día se encerrará en el baño de la Suit de Hotel por 44 minutos y cuando habrá, él solo verá como una manzana roja con extremada cantidad de transgénico rueda del baño al dormitorio y después saldrá ella, gateando lentamente con un vestido ni la mitad de corto que el mío. La actuación será bien de mierda, pero eso no es lo importante. Lo importante es lo que a él le está pasando en ese momento.

Cuesta asumirlo ah. Pero es cierto. Para mí, mala cueva, por ahora. Lo acepto, y acepto no hacer nada. Ni cortarme las venas en horizontal (patético, permítanme decir), ni tratar de ser quien no soy, por un sorbo del placer que no he probado jamás.

Como dice Neil Gaiman, basta de mortificarse por lo que no tengo, por lo que no me queda bien, por lo que no soy buena haciendo, por lo que se fue. De lo que me queda, puedo crear cosas nuevas.

De lo que me gusta, de lo que soy buena, de lo que no se necesita ser bonita ni tonta, ni completamente feliz, haré BUEN ARTE.

No hay comentarios:

Publicar un comentario