domingo, 8 de abril de 2012

VEGETAL



Debería estar molesta.
Hace unas noches lloré amargamente. Por eso debiera de estar molesta. Quería estarlo, en ese momento. Quería odiar, maldecir, desear no haber venido ni volver nunca.

Pero estoy cansada. Tan así que cualquier influencia externa es capaz de cambiar mi ánimo de una esperanza a una decepción y de la decepción a la esperanza, otra vez. Me dejo llevar como en la corriente de un río, hacia direcciones que no conozco ni me interesan. Ya no tengo esa habilidad de seguir una linea coherente. Si el entorno cambia yo también cambio. Que impotencia, ser así.

No tengo fuerzas para levantar la voz. Esta vez no hubo instancias para decir basta. Esta vez solo fue una de esas veces en las que me mordí la lengua y fui desplazada. Quizás solo he sido un símbolo. Símbolo de belleza, de devoción... de "lealtad". De esos que la gente suele colgarse al cuello aunque no siempre actúe en consecuencia a los valores, la ética y la moral que le juraron. De esos que solo están ahí como fuente de frases que estremecen el alma de los más humanos. Pero de frases no se mejora el mundo. De frases no se mejora una vida. Por lo mismo sé que es muy difícil que mis reflexiones aquí escritas tengan algún efecto en la realidad.

Esta he sido yo.
una tercera, y tal vez segunda.
Pero hasta el día de hoy... nunca primera.

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