jueves, 23 de julio de 2015

Sexualmente libre (casi)

[Anoche]

Y ahí estaba yo, casi a las 3 de la madrugada, buscando en una interminable lista de reblogs y likes que he recibido, en busca de un par de fotos de años atrás... para descargarlas, y escoger una perfecta para ir y mostrar lo rica que soy a un par de zorras que se han fijado más en mi pololo de lo que yo he podido estos días. Bueno, ya no son solo un par... que pendeja. ¿Tenía que comenzar así esta nota?

Nunca encontré las fotos que quería... solo era una nueva manera más ridícula de permanecer despierta hasta las 3... al día siguiente me di el lujo de tomar unas nuevas, con la polera vieja que me traje de él, un polerón de un amigo y el gorro que le debo a otro amigo. Aún así, fingí ser lo más casual, feliz y linda persona que mi pololo se pudo encontrar. Pretender es un arte... sobre todo cuando la obsesión, los celos, la ansiedad y la baja autoestima se elevan más allá de los niveles saludables. 

Por ahí decían las malas lenguas que a mi jefa de carrera se la había cagado su marido, y que por eso se anduvo ausentando por unas semanas. No sé el resto pero me dio lástima por ella y una terrible sensación de empatía y preocupación. Preocupación no por ella, si no que por mi propio futuro. ¿Es qué con el tiempo me veré perdida entre planificaciones, evaluaciones, trasnoche y estres que olvidaré dar atención suficiente a mi pareja? ¿Es qué con el tiempo me volveré una perra sabionda y mi corazón se volverá una mera máquina de bombear sangre? ¿Es qué no me quedará tiempo para entregar lo básico que un hombre esperaría? ¿De cuándo que me preocupo verdaderamente de ser lo que un hombre espera? ¿De siempre, de alguna forma?

Hace unos días vengo planificando mi próximo viaje a rancagua. Quise que esta vez fuera distinto. Que esta última vez antes de mi viaje sea inolvidable. Coincidió que la semana pasada tuve mi periodo, y bueno, el resto es evidente. Día 1. Impulsiva, salí de casa. Fui a la primera farmacia que me tincó. "Quiero comprar una inyección", dije sin más. Me atendió una mujer; de seguro entendería sin mayores detalles. Me miró por unos segundos y luego lo captó. "¿Tiene la Megysina?" le pregunté. Me dijó que sí. Estava más cara de lo que creí. Así que opté por otra más barata. Me devolví a la casa con la idea de inyectarmela yo misma, esa noche. Pero no... al llegar no me aguanté de preguntarle a mi tía si me la inyectaba ella, tal como me lo comentó una vez. Esta vez me dijo que la verdad no se sentía muy segura de poder hacerlo... que no quería equivocarse, ni mucho menos causar que la maldita no funcione, dejandome... ya saben, "en cinta". Cuento corto, fui al consultorio, muy temprano. Me vine inyectada de Mesygina, con 2 cajas más y además la que compré. Cuatro meses de protección garantizada. Aunque claro, las otras 3 quedarán para mi regreso. 

"Si quedaras embarazada, aunque no creo, sería el hueón más feliz del mundo; no te preocupes por eso", me dijo el otro día. Y la verdad no supe que decir... En sí la frase debería conmoverme, y en cierta forma lo hace... pero también está la duda... el que no es el mejor momento para que pase... el hecho de no estar siquiera segura si quiero algún día ser mamá... la duda... los celos. Atine a preguntar si me estaba huevando... cuando confirmó que no, me vino la conmoción esa de la que hablo. Hubo algo de relajo, también. Literalmente, dejé de preocuparme tanto, saben. O sea, si llegase a ocurrir, que quede embarazada, por esas cosas de mala cueva muy mia, más allá de lo que ocurra con nosotros, tendré la garantía de que Tomás será un buen papá. La verdad me importa menos si me ama o deja de amar que si lo hace o deja de hacer con un/a hijo/a de nosotros. Okay... mi nivel de altruísmo se fue a la estratósfera. 

"No puede haber cosa más hermosa" me dijo después... Y yo seguía preguntandome si no era todo parte de una gran joda. Entre otras cosas buenas... pasaría de un modesto 34B a un 34D en unos cuantos meses. Voilá. Más diversión para los dos. 

... Y bueno, lo hice... me puse la Mesygina y dentro de 10 días luego de eso seré una free bitch, con un poco menos de inseguridad y un poco más lista para hacer sin reparos lo que quiera hasta quedar satisfecha. La verdad no dejo de pensar en eso... falta menos de una semana... y no quiero que se presente nada entre medio, ningún otro trámite de mierda porque apenas tendremos una semana para estar juntos... Que injusta es la vida con algunos. 

El viernes daré un examen de escritura y lectura pedido por Alverno. Por eso me tengo que quedar, si no ya me hubiese ido antes de ayer... estoy tratando de no estresarme con tanto tramite fallido, que mi mamá no encuetrá mi carné de las vacunas... que estoy enviando un sin fin de excusas a Alverno y me siento terriblemente abochornada al respecto... Es como en mis sueños que se transforman en pesadillas. Cosas geniales que te ocurren y de pronto se entrampan en burocracia, en lentitud... y nunca se concretan. Aun están a tiempo de mandarme a la mierda. He pensado varias veces en eso, saben. 

He perdido la motivación de escribir... no tengo más energía y me propuse dormir un par de horas más que ayer. Mañana debería de hacerme el examen del papanicolao pero me da demasiada paja... algún otro día lo haré. 




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