sábado, 25 de julio de 2015

Avoided

Hace días que no puedo dormir bien. Es mi momento favorito del día, saben. "La noche" de cada día es cuando no necesito esconderme de los ojos que me rodean, porque solo estoy yo y mi pieza... Ok, aclaremos que no es mi pieza. Ni en casa tengo "mi pieza". La de casa es casi mi pieza ya que aún está atiborrada de cosas que mi hermano ha olvidado llevar. Es fría por lo demás. No me siento muy bien recibida ahí. 

Acá hace bastantes meses no me esperan, ni me reciben, saben. Tal vez nunca lo hicieron de verdad. Todos los días siento una gran responsabilidad de hacer todo lo posible para apresurar mi partida. Eso es lo único que esperan de mi, de hecho. Tal vez cuentan los días y las semanas para no tener que verme nunca más en su mesa, compartiendo un almuerzo, una once... Para no esbozar de mala gana un "buenos días", ponte tú. 

En mi casa solo el primer día, o sea, cuando llego, todo es entusiasmo. Los perros son los primeros en recibirme, apenas me acerco a la entrada del pasaje. Me rodean y huelen mi maleta y mis piernas. Mi hermana me estrangula y mi cuñado me abraza con cariño,  o mi mamá me abre y se ofrece a ayudar a entrar mi equipaje. Me ofrecen algo para comer y se dan el tiempo de escucharme contarles lo mío durante el tiempo que no estuve en casa. Por su puesto no les cuento lo mal que me siento acá. No... Les mando los saludos que enviaron o que inventé yo, les cuento lo justo y necesario. Que el paro sigue, que el profe me mandó pega, que las cosas con Tomás están bien, que estoy avanzando con los tramites del viaje... A los días la cosa se pone normal. Comienza a molestarme mi hermana. Mamá trabaja la mitad de la semana hasta la madrugada, paso gran parte del día sola. A veces, incluso, siento el rencor de mi mamá hacia mi. Porque soy complicada y al mismo tiempo le complico la vida. Porque es por mi que trabaja hasta tan tarde... porque ha tenido que ayudar a mi hermano también. Porque no salgo mucho del cuarto... Porque mi viaje le sigue pareciendo un disparate y un sueño egoísta. No. Ella no entiende que lo hago por ella. Tal vez no lo entenderá por mucho tiempo. 

Hay días en que me reúno con Bernarda. Me pregunta que haré mañana... le digo que no mucho. Termino yendo yo a su casa, como de costumbre. A veces salimos por ahí... a la plaza... últimamente no salimos mucho a solas porque tal vez se dará cuenta que no hay tema. Ahora último salimos con su sobrina de 14 y la más chica, de 4 o 5. Somos tan diferentes que ella pasó casi toda la salida tomandose selfies con su sobrina de 14 (a mi poco me incluían en sus fotos), mientras yo me columpiaba al lado de la más pequeña. En eso un grupo de ciclistas pasó por la plaza. Uno de ellos estiró los brazos triunfante al fondo... al final de la calle. ¿Te conozco? me pregunté. Tal vez... nunca lo sabré. Nada es igual con Bernarda. Y en el fondo ella sabe que Karol fue siempre el link que nos unía a las dos. Ella sabía ser ambas cosas... loca y reflexiva. Ella podía entenderse con ambas, y hacer que nos entendiéramos entre nosotras. 

Hace unos días encontré el ejemplar de Cementerio de Animales que la hermana de Karol me prestó... nunca lo terminé. Aún no sé como y cuándo iré a devolvérselo. No sé como lidiar con su mamá, que aún me habla... Aún después de todo lo que le dijo a mi cuñada. No. Ella no sabe como la odia mi hermano ni mi mamá. Ella no sabe por qué desaparecí de su casa. 

Esta semana me voy a casa. El lunes en la tarde, o el martes en la mañana. Cambié mis pasajes a Rancagua para después de mis exámenes finales, para pasar más tiempo allá y porque es muy poco probable que la Embajada me ofrezca una hora dentro de esta semana, entre el martes y viernes. Tomás quedó ofuscado. Que no tiene gracia, según él... que estará en clases desde el 10 de agosto. Que tiene rabia pero que no es conmigo. Que es mejor hablar en otra ocasión. Hasta ahora no se pronuncia. Qué más da... que respire... que hable con las otras... 

Ahora debería ducharme y partir donde Anibal. Él tampoco me espera. Está con su pololo y solo quiere aprovechar todo segundo con él. Me recibirá por pena, y ojalá la haga corta con usar su impresora. Ceci está en el norte con su polola, la ´Pancha en Villa y el Nando en Colli. Y yo... atrapada en Temuco hasta el lunes.  

"Tan complicada que eres, Paula", me decía el Nando el miércoles, antes de que me estafaran con 10 lucas. Luego le di lastima, también. Al menos no me ha quitado la palabra, aún. 

Hoy me di cuenta cuán indeseable soy para todos. Me he vuelto un cacho. 

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