Ser escritor, ser poeta... ser músico, escultor, pintor... artista, tiene algo o mucho de sociable, después de todo. Un deseo impetuoso de exponer un capitulo de una historia que se desenvuelve constantemente en el interior. Deseo de compartir un sentimiento, y sentir refugio en el que lee, escucha, observa. Es egoísta, en el instante en que se realiza la exposición. Es apasionado torrente desembocándose más allá del cuerpo y alma, al que por un segundo no le importa herir a la naturaleza... es grito en el oído de varios. Un minuto de silencio y atención, un minuto de capricho.
Es compartir sin importar si agrada o no. Compartir, sin embargo, con esperanza de llegar a un cómplice que no admira, pero comprende tu idioma, descifrando tus códigos sin dificultad. Alguien en quien poder confiar una conversación bajo el escenario, pero más allá de las butacas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario