martes, 6 de agosto de 2013

Wake up and clean.

Clean the mess of your space and you'll probably clean your mind.

No dejo de estar preocupada. Aún ahora que me encuentro a mi misma en una buena situación... académica, sobre todo. No dejo de pensar en los demás... en que me gustaría verles igual de bien. 

Yo sé que también he pasado por momentos desmotivantes... se me ha caído la moral millares de veces (uds. deben de saberlo mejor que yo, si me han leído desde los comienzos de mi historia). Pero también sé que cuando me lo propongo aprendo a ponerme de pié, en diferentes lugares, en diferentes circunstancias, rodeada de diferentes personas... 

Todos podemos ponernos de pie. Solo que tal vez algunos necesitamos un empujoncito de vez en cuando. 

Aún recuerdo cuando era chica y le tenía pánico a mis disertaciones en el colegio, a que el chico ese se volviera a burlar en secreto de mi. A la hora de levantarme me agarraba de la sábana y ahí estaba mamá. De primera me hablaba muy severa, dejandome casi sin alternativas de contradecirle. Tenía que salir de mi refugio, lo sabía. Al rato calmaba más su tono, cuando mi lloriqueo se tornaba más desesperado. Cuanto más me hubiese gustado a mi que ella comprendiera siquiera un poco el terror que sentía en esos momentos. Cuanto mas me hubiese gustado a mi quedarme en su regazo todo el día, la tarde, la semana completa, viendo novelas, tejiendo, "regaloneando". 

Gracias al amor de algunos pude superar ese monstruo. Pero la vida sigue y se pone cada vez más complicada. Yo sé que es difícil ponerse a pensar en objetivos a largo plazo seriamente. Pensar en lo que quiero convertirme en unos años mas... Es mortificante a ratos pensar que nos hacemos viejos, que la familia y el hogar van quedando atrás. Pero si no lo pensamos, el futuro se hace confuso, la universidad se pone pesada, no rendimos bien porque ni sabemos el "por qué" de tanto estudio, la mierda del cuarto se acumula al punto en que no sabes si quieres o no llegar allí, pero resulta que de momento esa mierda es tu nuevo hogar. 

Esa resulta ser una expresión de ti mismo, en esos desordenados momentos en los que no sabes ni quien eres ni hacía dónde vas ni cuales son las cosas que te harían sentir mejor. 

Hace un rato tomé la escoba y limpié. La alfombra llena del pelo que se me calló por meses ahora luce como alfombra... las bolsas del pan están en donde deben estar. La ropa sucia en una caja, el escritorio despejado... solo me queda un poco de loza sucia que he de refregar luego. 

Inconscientemente demostramos nuestro interior en nuestro espacio personal, en nuestro aspecto... Tal vez una buena forma de sanarnos adentro es despejar el exterior, cuidando ese reflejo externo de lo que somos. Tal vez mañana al llegar de clases me encuentre con que a fin de cuentas me da gusto estar aquí. Tal vez me sentiré más motivada, me querré un poco más a mi misma. Tal vez me creeré el cuento de que voy por buen camino... de que estoy aprendiendo a hacerme cargo de mi. de que puedo contar conmigo cuando no haya nadie. 

Les dejo esa reflexión. 


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