sábado, 17 de agosto de 2013

La melancolía como un rasgo intrínseco.

En una época un tanto pasada tenía la noción de estar inconforme. Ya sabes... da lo mismo las cosas buenas que un@ tenga en un determinado momento. Siempre anhelas algo más. Algo que justo alguien a tu lado tiene.

En ese momento envidiaba la compañía.

La verdad es que olvidé que en ese momento olvidé que la soledad puede entregarte mayores certezas. Al estar así al menos sabes que es muy seguro que no estés metida en los pensamientos profundos de alguien. Ahora... no tengo ni la menor idea de nada.

En un momento de tu vida ves una peli, lees un libro y te enamoras de las tramas y ruegas a Dios por que te ocurran los mismos dilemas que a la protagonista. Cuando estás ahí no es igual. Como le decía a alguien a quien no recuerdo, poseemos mucho conocimiento lógico de las cosas, "sentido común". A la hora en que te enfrentas al dilema, a las dudas, a las tardes enteras perdidas haciendo nada frente a la pantalla porque te olvidaste de tus pasatiempos de antes, a los fines de semana con el alma en un hilo, por puras tonteras... olvidamos lo que teníamos planeado hacer. Tal y como en un sueño que estás disfrutando, y de pronto reaccionas en que es un sueño manipulable, pero de pronto no eres capas de controlar. Olvidas todo, y todo se desmorona

"puras tonteras"...

Es fácil ver un film y sentirse cómplice de una chica sufrida, loca, paranóica, rara, misteriosa, para algunos chicos. Hasta podrían vociferar que le comprenden. "Yo si fuera él no le haría eso". Más cerca de lo que creen, en la vida real, hay más de una. Se la están farreando por no vivir la vida, por encerrarse en una fantasía Holliwood, en un par de capítulos de libro.

Yo también soy así... "el tipo ese es un cretino, la trata mal. Si no me dan la atención que merezco me viro". Eso dije más de una vez. No es fácil pensar con la mente fría mientras estás dentro del nudo, tratando de ser paciente, buscando la solución más cómoda, el escape fácil de algo que no quieres hacer. Porque ya hace rato que está la sensación de que todo lo viene haciendo una.

Saben... he llegado a la conclusión de que no importa en que situación me encuentre. Lo más probable es que seguiré siendo eternamente consciente de que algo anda mal cuando lo anda. Eternamente preocupada de todo lo que el resto obvia. Eternamente insatisfecha.

Lamento que mi jefa de carrera crea que mi rostro refleja siempre angustia, porque así soy yo. Tal vez otros desconocidos verán en mi alguien totalmente atractivo, por andar siempre sin tiempo de nada... ser tan ocupada, y hablar de los estudios y de sentimientos como si fuese tan sabia. Tal vez les gusto, tal vez doy envidia.

Yo no me gusto, ni me encuentro razón de envidia.
Soy una, aún, infeliz más.

No he encontrado solución para ello, pero como todo ser humano sigo teniendo la estúpida fe de que algún día llegaré a un edén de paz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario