Es raro esto de que, la verdad se cruce en mi camino sin que yo la busque. Hace unos días me di cuenta que no quito el sueño a nadie; anteayer, que mi color favorito ya no me gusta; y ayer, en un auto al que no volveré a subir, sentí humillación.
Esto es uno de los tantos textos que escribo y a los que solo yo puedo darle sentido. Los hago así porque me basta con reservarme a mi misma las claridades ocultas en todo esto. Ya están descifradas. la madeja de lana me hizo el favor de deshacerse entre mis dedos antes de que yo la enredara más a mi antojo.
En estos momentos tengo la sensación de estar frente a alguien que mueve su mano y no es para mi. Qué más puedo decir...
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