miércoles, 9 de octubre de 2013

Cinco para las tres. Estoy devuelta en la sala de estudio de mi carrera, en el quinto piso del ed. biblioteca... frente a un bacón ideal para suicidas. Más que por conocer del nuevo servicio brindado por jefatura de carrera, estoy aquí por... no sé, irme lejos, un rato. Intento que el resto de los que están en la sala no lean lo que escribo (igual ridículo, considerando que acabo de pegar un enlace de ella en facebook y tumblr)... tal vez "ellos" no son mi público favorito.

Me siento extremadamente cansada. Hoy partí mi jornada a las 7:30, con una ducha torpe y un café dulce y negrusco. Llegué a la U a las 9:00. La clase de Taller Pedagógico se fue prácticamente en un foro de discusión, sobre nuestras experiencias en las prácticas. Relajado, poco tedioso, como casi nunca.

De ahí me vine a esta misma sala con el Anibal, Raúl, Nicolás... me puse a leer, a escuchar música. He decidido que mis miércoles serán de lectura, o en el mejor de los casos para hablar con Bernarda, si se creó su cuenta Skype, si me agregó a sus contactos...

(vuelvo luego, llegaron más compañeros)


Me vine al CT+. Antes de eso me quedé conversando con Ariel y Bárbara, que estaban en el balcón y me atajaron en cuanto salía de la sala... Casi nunca son de hablar conmigo. Ahora lo hacen... me buscan tema, me preguntan cosas. No es normal... pero al menos es buena onda.


Estoy harto cansada, y eso que duermo bien. Ya, sin contar que ayer a las 00:30 a la sra. Edith se le ocurrió que martillaran la muralla que da a mi cuarto, para instalar el TV cable en el segundo piso. Igual son medios locos en la pensión, he llegado a concluir. Pero me dan de todo... así que no me puedo quejar. Sigo en situación de cueva tremenda, porque sigue siendo poco común que una mina salada como yo se pille lugares equipados como ese.

Y estoy sola, que es lo que siempre quise, ¿No?

Y si po... a la hora de almuerzo invité al Anibal a comer pan con queso-jamón y jugo light al casino, y no me hizo ni rasguños en mi estómago. Hablabamos de un par de temas forzados por mi (creo que estoy perdiendo de apoco el hábito del diálogo corriente-espontáneo. No sé si es bueno o malo), como libros... Stephen King... etc. etc. etc... Luego fuimos afuera, a las rocas, como las focas (aún soy seca rimando, jojo) y me sentí incómoda porque...

(en mi pieza)

... ninguno del grupo con el que nos reunimos compartía ramos conmigo, y como me lo comentó por ahí una compañera... los de la sección 3 somos como "fantasmas", nadie nos ve en nuestro ir y venir...

Esto y otros factores puede que hayan influido en que me estoy volviendo bastante distante de todos... Le perdí el toque a ser sociable. A ratos sí, hay buena onda, hay fluidez cuando nos juntamos de a varios, o en mi casa, cuando estamos todos, o cuando mi hermano nos lleva a la casa de sus suegros... pero la mayor parte del tiempo la paso en mi cuarto, con mis ideas... con mis propios royos. 

En una de esas la rosita, una compañera, tenía razón conmigo. Puede que a la larga termine siendo la Paula independiente que he soñado ser de chica. Porque como habré escrito antes, a re-temprana edad dejé la fantasía del vestido blanco y el arroz en la cabeza... la casa de ciudad con patio grande y un perro y un par de pendejos corriendo por ahí, con mis ojos y pelo en sí mismos. A las finales sé que mi familia segura a futuro es mi vieja, y con eso me siento feliz. 

Ya... esto no tuvo tanta profundidad como hubiese querido crear al mediodía... pero ahora estoy aún más chata, y tengo que escribir un review de una noticia fome para Competencia Lingüística. Y dormir suficiente. También. 


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