domingo, 14 de julio de 2013

Historia

¿Se han preguntado alguna vez si acaso todo lo que oyen de sus padres es verdad? ¿Qué ocurre cuando comienzas a dudar de la palabra, la estabilidad y el juicio de los más grandes, o dudas de ti mismo?

En lo personal, no me parece nada novedoso que las historias de familia no guarden más que agujeros negros, los cuales representan bochornos que nadie más debe saber. Bochornos que han enfermado a quienes fueron afectados por ellos. Agujeros que se convierten al anonimato una vez que la consciencias involucradas se olvidan de su tormentosa existencia.

Aquellas personas con más experiencias encima que una/o pudieron haberse tomado la atribución de modificar la historia durante lo largo de nuestras vidas.

¿Por qué?

Porque nos aman. Porque desean evitar a toda costa que acabemos abrumados, inestables, dementes.

Ante esta evidente situación... ¿Que crees que harías? Seguirás moviéndote en lo tuyo, en un ambiente acondicionado de armonía por quienes te adoran, sin cuestionarte sus casuales conductas extrañas, respuestas superficiales, argumentos sin sentido? ¿O prefieres ir más allá y exhumar a la verdad?

Qué tan preparado te sientes para enfrentarte a la verdad sin que esta no se apodere de tu cordura.
¿Acabarás como ellos? O ya estás lo suficientemente crecido e insensible para que no se erice ni un pelo de tu espinazo.

A fin de cuentas el mundo de hoy te ofrece mil muestras de retorcidas realidades. El pasado solo sirve para aprender un poco más de ellos, de nosotros mismos. Tienes derecho de saber de dónde vienes. Solo espero que seas lo suficientemente maduro para manejarlo.

Yo me sumo a la investigación.

Yo no me conformo con continuar sin haber oído de sus errores.

Necesito saberlo.

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