domingo, 25 de diciembre de 2011

Do I want to be "outloved"?




Un día despiertas y notas que en tu entorno hay demasiada calma.
Un día te das cuenta de lo correcto que fué tu presagio.
Un día enfrentas la desgracia y no te sorprendes.

... Solo desearías haberte equivocado.


No sé muy bien cómo comenzar. Dejé pasar mucho tiempo. Ni yo entiendo muy bien por qué lo hice. Solo una motivación muy interna me llamó. Por eso estoy aquí.

Estuve en mi cama, tal vez, unos 40 minutos. Se me hicieron eternos. Sentí algo de trance por la música de Porcupine Tree entrándome por las orejas. Creo que hasta pude soñar una que otra cosa relacionada a los pensamientos que rondan últimamente mi cabeza. De comienzo me parecía grato. Cuando fui notando el cansancio en todo mi cuerpo (debido a esto me fui a la cama) me llegó a fastidiar el tener mis audífonos dentro de los oídos. Traté de retomarle la onda a las melodías, a pesar de los sobresaltos que a ratos me daban (algo así como agradables taquicardias). Lo necesitaba. Al cabo de los 40 minutos una mosca que revoloteaba sobre mis brazos y pies me colmó la paciencia y di término a mi meditación.

No he podido evitar sentirme decepcionada, por muchas cosas...
Creí que por el hecho de estar en vísperas navideñas ocurrirían novedades. Que alguien se dedicaría a sorprenderme. Nada de esto pasó. Ayer me levante a eso de las ocho, tomé una ducha, desayuné, alisé mi pelo, me fui a ensayar la Misa de Navidad. Llegué a casa, revisé el computador: nada. Jugué con mis sobrinos, lavé loza para eliminar mi sentimiento de inútil, me encerré en mi cuarto y traté de dormir (Evidentemente no pude, mi hermana tiene su pieza al lado de la mía y su ruido se cuela como si no hubiese división física alguna); abrí los ojos cuando oí la apertura de regalos de Martín y Cony. Una de aquellas cajas me mantuvo levemente intrigada durante el día, por su forma y tamaño. Tal vez mi morbo deseo que fuese mi netbook. De ser así, podría invertir el dinero que gane este verano para asistir al Lollapalooza; incluso me alcanzaría para invitar a mi hermana, que ahora último está rayada con ésto ya que su mejor amiga asistirá y siempre le habla de lo mismo. Luego recordé mis palabras en aquella tarde de discusión con mi hermano. "No te voy a pedir nada; No quiero que me des nada". También recordé la conversación nocturna que tubo con mi mama en la que ella le pidió dinero prestado. Factores como estos son más que suficientes para anular el compromiso de darme mi computadora. Es lo correcto.

(Narración pendiente: mi hermano me acaba de pedir por teléfono que vaya al Unimarc del centro a ver si acaso allá se le quedó su tarjeta Cuenta RUT. Whatever, es lo mínimo que puedo hacer).

(Continuando la narración: por el momento no hubo necesidad de ir al supermercado. solo le ayude con unos trámites por internet).

Cristian es mi hermano, no mi padre. Ambos sabemos muy bien que su ausencia aún es desgarradora y que sin este líder la familia fácilmente puede venirse abajo. Pero también sabemos que su "responsabilidad" de hermano mayor acaba en el momento en que ambas (mi hermana y yo) dejemos de ser niñas. En efecto la frase "Ya, ya, ya... hay regalos para los niños no más" que le oí decir desde mi cuarto me ayudo a eliminar el misterio de la caja de porte y forma enigmáticos. Dentro solo había un dinosaurio que Martín uso y maltrató hasta el borde del peligro de hacerlo pedazos.

A la noche fui a cantar y tocar a la Misa de Navidad con un numeroso Coro juvenil que me hizo pensar en hace dos o tres años. Me puse nerviosa al cantar en "solo" al momento del Perdón, no sabía si mi rubor era por esto mismo o por lo caluroso que ahí en el balconcillo se estaba. Hubo una mezcla de incomodidad con satisfacción. La misa acabo, recibí presentes y saludos navideños (algunos más inesperados que otros; eso fue lo bonito de la noche) y caminé de regreso a casa con una suave nostalgia que rozó la alegría. Al llegar entre en mi cuarto oscuro (el tubo fluorescente se hecho a perder) toqué unos lentos en guitarra y me dormí. A la mañana siguiente tendría que volver a la Capilla.

Hace días tuve la idea de revivir una amistad con alguien en Noche Buena. Hubiese sido una linda tradición ya que el año pasado nos encontramos hablando luego de que las reuniones y comidas ya habían concluido. Fue algo que me tuvo entusiasmada. De verdad quería que fuese igual o mejor al año pasado. Después me puse a pensar en lo poco probable que sonaba. Dudé y las dudas se volvieron un hecho. Noche Buena no me trajo el milagro que más esperaba, si no que trajo otro, que en realidad hubiese preferido no recibir...

... Después de tanta indiferencia: un beso, uno buen deseo, y un sincero reconocimiento de la fríaldad como razgo común entre ambos (en ese momento imaginé un Kapranos cantándome Walk Away), fue el regalo que la divinidad me trajo, en manos de uno que no me esperaba. Uno que intenta retomar estrategias de conquista que yo ya descifré y revertí hace tiempo; uno que, al menos, me dejó soñando toda la noche.

Decepciones de mi Anhelado.
Sorpresas de un Olvidado.
Mis amores: una poesía llena de angustiante retórica.

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