viernes, 27 de marzo de 2015

Extraño tener a alguien con quien sentarme en el pasto a repensar la trivialidad de nuestras vidas... soñar despiertos, o solo no pensar ni decir nada...

Estos días me he sentido más sola que nunca. Y he descubierto que en realidad envidio a quienes me rodean porque no tienen la necesidad de refugarse en el trabajo... Ellos no tienen necesidad de evadir vacíos...

Quienes hoy están conmigo mañana no lo harán. Y cada despedida duele como dardos en la frente. Es inevitable darme cuenta que con mi hermano no hay tema... que no aguanto mucho a mi hermana, y que mamá a su vez no se haya conmigo. 

... Y hace tiempo que no beso por más de 5 minutos... y en el fondo lo anhelo. 

No sé por qué de pronto pienso en estas cosas... en la gente que no piensa en mi. 

Extraño no ir a clases y colarme con ella por los alambres de su jardín... a los cerros... Nunca compartimos un cigarro... menos un pito. Hubiera sido lindo haberlo hecho con ella. 

Extraño el olor a la cama de mi papá donde la abuela... escucharlo cortar leña, bajo el ruido de la tv demasiado fuerte de la mami. El café Eco... las tostadas... verlo a el con sus lentes grandes leyendo diario. 

Extraño mi vida de antes. 

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