domingo, 22 de marzo de 2015

My too fast car

Le decía cuanto envidio a una de mis compañeras. No me cae mal pero la envidio. Como en la novela dijeron hace dos días, creo, es de las minas que siempre caen paradas. Nacidas para no esforzarse demasiado. 
Ella la está pasando bien, supongo. Tiene su novio, que no es perfecto, pero para ella sí lo será, me imagino. Tiene su auto y paga su carrera al chin chin. Ahora vive con él, y tienen un perrito. Una familia nice nacio derepente. Ella lo tiene todo. Ella se ve feliz.

Yo que tu no le envidio nada, me decía este. Que fome tener todo listo tan rapido... instalarse viviendo con alguien... es como ya estar casados, como volverse viejo de repente. Eso me decia el nando. El es mas libre que yo. Le gusta la vida que lleva a pesar de contar chauchas como yo... pero prefiere estar 100% solo su buen par de años. Tiene sentido, pensé al final. 

Pero yo no soy así. 

Yo he estado sola porque no me ha quedado de otra. Corta. Lo he dicho otras veces acá y no me retracto. Sigo siendo una mina que en el fondo de la trama busca un grado de estabilidad, acompañada de una espalda que abrazar por las noches. al menos por un par de años.... 

Sé distinguir entre la dolce vita conviviendo, y lo terrible del matrimonio. La convivencia siempre deja una puerta abierta. Es 100% experimentación... es peligrosa eso sí. Hay que saber darse cuenta del momento en que las cosas ya no estén andando bien... en fin. Para qué pensar en eso ahora. 

Todo esto porque he puesto en la palestra la idea de convivir por unos años con mi pololo... lo que podría ocurrir el año que viene. Es una experiencia extraña... totalmente nueva. Un sueño que poco tendría de mágico... una bienvenida drástica a la rutina... a coexistir con lo bueno y lo malo, y no matar mi emancipación en el camino. 

Ahí se irá viendo como ocurren las cosas... 

No le dije ni que si ni que no al nando... solo dejé que lo anterior invadiera mi cabeza durante esos segundos de divagación tan míos y que pocos entienden. Necesito tiempo para pensar. Tiempo para reflexionar sobre lo que mi mente considere urgente. 

El tiempo pasa tan rápido... tanto, que a veces me gustaría detenerme yo por un instante. A veces creo que estoy yendo demasiado rápido. Es cierto... No he fallado en mi camino porque así yo misma lo he querido... pero es valido detenerse un año, ¿Verdad? Tal vez llegue demasiado rápido a la cima y no sepa que hacer después... Tal vez nadie aguante mi ritmo ni mi falta de atención y acabe yo en lo alto observando todo lo que deje atrás, lo bueno y lo malo, por trotar demasiado rápido hasta el fin de un ciclo. El final de mi carrera... y el comienzo de otra historia. 

... De nuevo dudo que me puedas entender. Y te ruego me perdones por subestimarte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario