martes, 1 de enero de 2013

Autoevaluación y retroalimentación 2012; desafíos y expectativas para mi 2013

Ayer iba a redactar un texto más o menos largo, sobre mis procesos de cambio y crecimiento durante el 2012. Sobre todas las cosas que pude notar diferentes en mi. Me propuse leer las entradas que escribí durante el año. Quedé hasta abril. Me hubiese gustado de verdad acabar con esa labor, pero una amiga vino a visitarme y se quedó conmigo hasta dos horas antes de la gran noche. Supongo que ella necesitaba de mi tiempo y bueno, para eso estamos los buenos amigos.

En realidad, ahora no tengo ánimo de escribir sobre eso... solo anotaré algunas conclusiones que ayer quise escribir en papel, sobre algunos puntos que me parecieron destacables:

Recuerdo haber utilizado a comienzo de año una metáfora que hablaba de escaleras. Que me quejé decepcionada por haber entregado demasiado de mi. Concluí en ese entonces que a veces uno se encuentra con seres que no necesitan de nuestra ayuda, o nuestra compañía, por más que uno así lo desee. A eso le llamo escalera. Al tiempo, al apoyo, al abrazo, a la conversación amiga, al afecto. En esos casos uno tiene que aprender a hacerse aún lado, a dejar atrás. Aunque sea alguien desconocido, algún viejo amigo, o incluso parte de la familia. Eso no por egoísmo, si no que por dignidad, por amor propio.

He mencionado anteriormente a la familia, porque durante este año pude comprender y aceptar que nosotros, mi familia, nos estamos disolviendo. Yo solía comparar a mi nucleo familiar con otros brazos del árbol genealógico y creía que eramos tal vez el más grueso, el más fuerte. Pero somos frágiles. Puedo reconocer que si bien nuestra fortaleza se pudo manifestar en la aceptación de la perdida de nuestro "lider", aún no sabemos como continuar unidos. No sé si era necesario que nos hablaran de ello en la infancia... o simplemente ver a mamá y papá abrazarse o besarse alguna vez. Puedo reconocer frío en nosotros, en mi. No hablamos de nuestros sentimientos entre nosotros... nos ayudamos materialmente por tradición, por seguir una tradición moral. Tal vez puede ser un buen desafío de es nuevo año acercarme a mi madre. Hasta el momento es la única con quien tengo mayor confianza.

Algunos ya no volverán. Son personas que se han ido por su cuenta o se han quedado en un lugar del espacio-tiempo que uno ya abandonó, en el ir y venir de una vida de caminos en circulos, curvas y, aveces, lineas rectas. Todos los años pasa, pero este año fue más profundo. Muchos de quienes han desaparecido de alguna forma consiguieron en su momento atarme. Pero durante el transcurso de los meses de distanciamiento aprendí a soltarme de los lazos que no llevaban mi nombre; o de los que lo llevaron, pero me conducían a desagradables y repetitivos episodios. 

En dicho pasaje también hablé de mi necesidad de escaleras. Yo necesitaba escaleras, o como lo dice muy bien Vygotsky, necesitaba del apoyo de un mediador interesado en ayudar. A fines de año, puedo concluir que las recibí. Recibí firmes escaleras, personificadas en nuevos amigos, en el amor de mi madre. Pude abrirme a la posibilidad de que aún puedo conocer personas como yo, o que al menos me comprendan y quieran estar conmigo sin la necesidad de que yo misma les llame. Me siento agradecida de rodearme de gente a la que puedo acudir u ofrecer mi hombro. Hace mucho que no me sentía así.

Otro tema que me tocó profundo fue el pudor. Este año pude superarle en gran medida. Así de rápido que llego parece estar marchándose. Me refiero en especial a los puntuales ataques de llanto, o ese temblorcito que me da cuando estoy muy tensa, que no me deja ni hablar. Por otro lado, creo que sigo siendo más reservada que espontánea, cuando hay que serlo. En su momento me dio por escribir poesía reveladora de historias muy mías y en muchas ocasiones, muy de otros. Hace un tiempo que ya no están aquí en este blog. Esta vez no fue por pudor; fue por prudencia. No quiero caer más en el juego sucio de dañar innecesariamente, echando en cara variados sentimientos que están disueltos.

"En estos momentos tengo la sensación de estar frente a alguien quien mueve su mano, y no es para mí".
16 de  Marzo de 2012

Lo cité textual porque me llegó esa metáfora. Al respecto, y para concluir, puedo decir que ya no me siento igual. Creo estar acercándome frente a una mano que se mueve. Creo que es más fraterna y transparente que las anteriores. Y no estoy segura saben, pero solo me gustaría que aquello fuese un saludo e invitación para mi. No me quiero cerrar a un "creo" o un "no creo", porque sé que aún estoy en una situación llena de relativismo. Solo puedo pensar en un "podría ser", con un dejo de nueva esperanza.

Estoy tratando de dar una buena bienvenida a este 2013. Ayer por la noche partimos con las buenas noticias. Karol me consiguió una posibilidad de trabajo de verano en DirectTV. Espero durar en eso los siguientes dos meses, y comenzar paralelamente con otros proyectos para mantenerme, esta vez, viviendo sola en Temuco. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario