sábado, 12 de septiembre de 2015

The Start of Something Beautiful (it never comes. it is 'right there')

Para mi desgracia, aún sigo recurriendo a estrategias escapistas para olvidar el aquí y ahora y extrapolarme a otro lado. Algunos suenan, otros juegan videojuegos, ven series… yo leo.

Buena suerte tuve de encontrarme una buena novela grafica… una que me hiciera simpatizar y recordar momentos de todo tinte… desde la infancia a la actualidad. Una a veces piensa que es la única en la tierra pasando por los ciertas crisis… aunque estas en realidad son más universales de lo que creemos. Tal vez es una crisis mundial… una serie de crisis humanas… parte de lo que nos depara el destino si o sí.

La situación con Tomas se arregló de milagro. Así lo sentí. Cada periodo de claustro (que por lo general yo comienzo, sin avisarle) es más terrible que el anterior. Reconozco un crescendo de mi paranoia, de mi inseguridad y de mis celos. Más aun cuando tengo problemas con la U (la de chile… Alverno no ha puesto ningún problema para mi… más bien puede que yo lo sea para ellos), la plata… mi incapacidad de tener tiempo para divertirme y al mismo tiempo demostrar al resto (a él) lo divertida y atractiva que puedo ser. Siento que mientras no estoy su amiga “C” se aprovecha para seducirlo, con su faceta despreocupada, carpe-diem, gamer, mina, joven y alocada. Me pregunto constantemente si acaso es ese el tipo de mina que Tomas necesita… me pregunto cómo llego a enamorarse de mi (dudo que sean las mismas razones por las que su mama, abuela y tías me adoran)… Yo estoy en otra etapa de la vida… Mientras su amiga lo invita a pasar un buen rato jugando videojuegos yo estoy dando la pelea diaria a la burocracia, escalando peldaños para progresar profesional y económicamente, tratando de salvar la estabilidad de una familia… sonando con una casa propia… con independencia… con tal vez irme lejos (ya lo estoy, pero hablo de algo definitivo).

Hace unos días pensé que lo perdía… por dentro moría de rabia, de impotencia. ¿Por qué no hago más que complicar las cosas? Una noche… luego de harto llorar y repensarlo todo, hable. Le conté de lo abrumada que estaba (sigo estándolo) por los problemas de la U… porque me siento sola, porque mi familia no puede darme tanto soporte, porque no tengo tiempo, porque me absorbe la burocracia, porque tengo miedo, porque lucho por ser adulta pero adentro hay una joven que quiere libertad… Porque nada se me da fácil…

Le dije que lo sentía… por callarme por días… que lo extrañaba (demasiado)… y al final de todo, si, le dije cuanto me cae mal su amiga, y que así lo será por mucho tiempo… Me ha dado razones de sobra para detestarla.

Ahora… podemos detenernos a observar esta ilustración?



Flirteo, encanto, entusiasmo, energía e ilusión. Para mí no hay mejor momento que el cortejo mismo… el palabreo rebuscado… esa cosa sin nombre pero que corre en busca de uno… las indirectas, los poemas, las canciones, y esas ganas locas de compartir lo más especial de uno con otra persona. Esa sensación de apuesta, esa tincada de que esa otra persona puede comprender tu único lenguaje. Las canciones favoritas… si, también esas canciones que van más bien dedicadas… los primeros buenas noches, cuídate, descansa, nos vemos otra vez? Mañana a la misma hora, hasta que nos caigamos de sueño, cada uno en su cuarto, cada uno deseando soñar y ser el sueño del otro.

Esa instancia de deseo… deseo y añoranza carnal que aún no se concreta, y por eso es algo hermoso… es una etapa de búsqueda. Es compromiso sin que ninguno de los dos se dé cuenta ni quiera asumirlo. Existe un compromiso por dar la pelea al día siguiente, luchar contra el miedo y arriesgarse un poco más a alumbrar el camino al otro, anunciando que una esta aquí para ser algo más, “The Start of Something Beautiful”.

Me encanta la etapa del flirteo, más que el primer beso, el primer “te quiero mucho” o el “te amo” o “la primera vez”… todos estos van perdiendo significado con el tiempo…

No hay nada más bello que el flirteo. Es esperanza mutua, es hacer el amor con símbolos, letras y canciones danzantes y noches llenas de locura rosada.

No hay momento más bello y efímero que el flirteo… único, imposible de perpetuar. Un viaje adrenalínico hacia una luz que se apaga un poco más a medida que te le acercas.

Ojala la luz fuera un horizonte que se desplaza y en realidad no existe. Y ojala no nos hubiésemos molestado en buscar nada más que estar allí en donde estábamos.

No conozco a nadie que haya podido regresar allí.

Mientras, sigo dando la pelea al día a día. Lo miro dormir del otro lado, cuando aun podría ser demasiado temprano para dormir, si nos trasladamos a nuestro periodo de luz.

Lo observo pidiendo a quien sea que me observe omnisciente y omnipotente que nos devuelva la añoranza e ilusión.

Cierro los ojos e intento soñar con él, aun estando a su lado.

Intento soñar con un momento mejor.

Un mejor momento con él.

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