sábado, 6 de junio de 2015

Blackbird flying through the blackfield

Blackfield me recuerda demasiado mi primer año en la Universidad. Tanto que un monstruo de nostalgia amenaza con hacer colapsar mi cavidad toráxica. Duele, eso quiero decir.

Es casi lo mismo solo que con menos ilusiones que en ese año… Desearía volver y hacer un par de cosas mejor. Uno nunca deja de desear ese tipo de cosas. No vale la pena decirnos imbéciles por ello.

Hace cuatro años estaba en la pieza de al lado. Era más chica, más acogedora, tal vez. Igualmente desordenada. La sentía más mía que ahora. Me sentía más en casa que ahora… hubo un punto eso sí, durante ese año, que comencé a dudarlo.

Las cosas iban bien fuera de casa, al menos. En la U me encontraba con los de siempre y me servía para ser como soy y punto. Para despreocuparme de recibir prejuicio. Para imaginar que de alguna forma eran como yo y tenían experiencias similares a las mías. No importaba si mi casa no era mi casa… Si un dia amanecían de malas… si me llamaban a gritos para desayunar… si me sentía una extraña… si nadie tenía ganas de hablar. Al llegar allá habría más de alguno con quien pasar las horas.

Año a año todo se fue deformando cada vez más. Yo ya lo venía anticipando… lo que me hace cómplice del asunto. Pude haber evitado tantas cosas con solo decir y no callar, o al revés… o haber estado en el lugar que debía de haber estado. Ya conocen esta parte, no?

Algunos nos adaptamos a lo que la máquina siempre quiso de nosotros. Otros emprendieron su propio vuelo. Yo entré y me quede en la máquina porque afuera de ella no me esperaba nada bueno… Me corté mi par de alas negras, y aprendí a correr; a correr al ritmo del progreso. Fue justo y necesario. No me arrepiento demasiado.

¿Pero y si nunca hubiese estado acá?

Esto no tiene más sentido que el sentido que yo le otorgo. En inglés le dicen “homesick”. Creo que a eso me vengo refiriendo hace rato. No queda hogar al que pueda llamar mío. Mucha gente se transformó en aves… los demás nos volvimos caballos de carrera. La música no me abraza como antes… me cuesta escribir… Los caballos no somos muy buenos escribiendo. Solo sabemos ir hacia adelante.

Nadie me espera al llegar de clases, me quita el abrigo y lo cuelga cerca de la estufa. Nadie me pregunta (de verdad) como me fue ni me trae un café. Nadie comparte una charla conmigo en la once, ni comparte mis fetiches. Nadie me acompaña a la cama y me pregunta si puede ayudarme con las pruebas por revisar, los papers que leer, los libros, aun sabiendo que no podrá. Nadie hace vigilia hasta que me quede dormir, o me conoce lo suficiente para saber que me gusta hacer el amor antes de dormir.

A quién habré salido tan buena para fantasear? No tengo a nadie que me responda.

Luego vendrá mi amor a preguntar “cómo que nadie?”. Yo le diré “me refiero a ahora, a estos días, a hoy…”. El no entenderá que en el fondo deseo todo lo redactado allá arriba. Nunca será así, pienso. No me hago ilusiones; no digo nada para no generar otro mal entendido… Perdona. No lo volveré a poner de esa forma.

Se aproxima mi viaje durante los próximos meses. Ya está confirmado. Nuevamente estaré de paseo en alguna parte del mundo, en un nuevo hogar sustituto. No vale la pena hacerse muchas ilusiones. Solo aprovecharlo como la oportunidad que es; nada más.

Me voy sola porque así lo decidí. Me lo tomaré como un retiro personal. Una experiencia más que no viviré con nadie más yo misma. No tengo mucha idea de lo que me espera. No tengo ganas de saber mucho, la verdad.

Solo sé que me recibirán con sonrisas… que me ayudarán. Que haré un par de amistades… que se desvanecerán con el pasar de unos cuatro años más. Tal vez me pregunto, para qué… si a lo que vuelva, y con el tiempo, no quedará nada. Y es entonces cuando concluyo dolorosamente que a veces es mejor crear, creer y ver desaparecer, que nunca haber creado ni creído en nada.

Vivimos y morimos, al fin y al cabo.

Habrá que conformarse con hacer de nuestra vida algo interesante aun sabiendo que en un momento será nuestro turno de dejar de estar, dejar de ser.

De todas formas, desearía ser un ave.

No hay comentarios:

Publicar un comentario