domingo, 27 de marzo de 2011

27-marzo-2011


Creo que me cargan estos días así. Tengo frío en mis dedos pero no me da el animo para ir a buscar cobijo. No encuentro en que gastar mi tiempo porque solo tengo una sola idea en mi cabeza que por ahora no puedo concretar. sería insensato.
De partida no dormí bien. desperté cerca de las 2 de la mañana por un pinchazo telefónico. No pude conciliar el sueño por 4 horas. Al despertar nuevamente quede con la sensación de "no sueño ni ganas de hacer nada."
Hoy habría una nueva tregua. Eso deseé yo al menos. No fui capas.
Sería insensato.
Una circunstancia como esta requiere de mente fría, corazón indiferente. ¿Es un chiste? como si la mente entendiese de latidos. no puede ordenar al corazón latir más lento.
Como si el corazón entendiese de ordenes. es un anarquista. Un demente que aún sueña con ideales utópicos, un hippie perdido en el tiempo.
Pese a todo ignoré sus rebeliones durante semanas, lo que me transformó en una maquina intelectual bastante eficiente. el problema fué cuando comencé a extrañar mis días de "humano". Ser maquina es por decirlo poco... frío.
¿Es así como se experimenta el cambio de "puberto" a "joven adulto"? No logro acostumbrarme a protocolos de comportamiento, la cautela, la sutileza.
de acuerdo, es cierto. A muchos he de haberles parecido una niña bastante sumisa y tranquila. lo sé, en un momento fué así.
solo yo conozco el motivo de mi desorden interior. Fue extraño. No creí posible hallar a alguien más con esas cualidades. Tranquilidad, calma, relajación, atención. Todas vueltas una solo sujeto. Si hablásemos de ácidos y neutros él era la materia mas neutra existente. Un bálsamo. Para mi, en un principio fué como un diamante camuflado en un pequeño carboncillo. solo era un carbón más para mi hoguera, pensé en aquel instante. Mis atenciones estaban fijas en otro punto bastante equivoco y alejado de su persona, lo que provocaba su permanencia a mi lado. Cuando reaccioné y vi lo que realmente era no supe ni como actuar, desconocí la cordura y las leyes de comunicación, de modo tal que debí causarle cierto espanto, que se convirtió en distancia.
Este tiempo me sirvió entre comillas como rehabilitación. Una de las reglas principales de ésta era ser paciente, es como el yoga. Tengo que mantener el equilibrio. Las huelgas emocionales no son buenas.
Aunque el miedo por equivocarme me carcoma las entrañas, por el momento haré como que no me pasa nada. Tengo cosas rutinarias de que ocuparme. También tengo una vida, ¿Sabes?
Tal vez me termine convenciendo. Y de paso acabo convenciéndote a ti.

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