sábado, 8 de agosto de 2015

"Thank you", fragility

Ya van dos semanas desde la última semana que escribí. Sin embargo, en esencia, sigo con los mismos sentimientos.

Tomás no se aguantó y fue a verme esos días que estuve en casa. A duras penas le di la atención que me pedía, completaba los formularios de visa, estudiaba para mis exámenes finales... No me sentí bien, saben. No es su culpa. Es que sigo en un momento complicado, sigo estresada, sigo sin cuajar con él completamente.

Los exámenes ya pasaron exceptuando uno. Lo único bueno de esta semana fue el hecho de sentirme ocupada nuevamente. El hecho de ir a la universidad por una razón justificable me hacía sentir que no vine a perder el tiempo, y en parte me elevo la moral ya que espero haber transmitido esa impresión a los demás en casa. Ella viene a rendir sus exámenes. Por una semana no me vieron tanto como una vaga, tal vez...

Hoy es sábado. Pensé en salir... pero Nando no está y Anibal debe estar indispuesto. Quedo una idea pendiente de hacer un carrete. No creo que salga. Hay que preparar el examen del lunes... hace frío... No sé. De ser por mí, cualquier excusa para salir me viene bien. Es solo que no cuento con los camaradas idóneos, ni refugio alguno.

Hoy me sentí especialmente incómoda. Me doy cuenta de como la ansiedad se acentúa al punto en que le tengo miedo a la hora de almuerzo, de tomar once. Tengo miedo al despertar cada mañana... de oír pasos en la pieza de al lado... de decir algo verdaderamente estúpido. Hoy especialmente no he podido controlar la paranóia y los nervios. Si pudiera pedir algo sería volver a sus brazos y no hacer nada más que dormir. Siendo realista, solo puedo pedir que esta última semana no traiga más discusiones que cariño.

... hace un rato recorde la receta que nunca ocupé. Tal vez la busque mañana, vaya y compre los malditos relajantes y me deje de joder.

Y no escribo más porque no me quedan más ganas.

How about me enjoying the moment for once?

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